Un millón de dólares.

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—Rosas rojas, rosas blancas, rosas azules. Rosas, rosas, jeje. Bueno, ya están ordenadas.

Juanito estaba ordenando sus flores en la carretilla, él estaba tan entretenido, que no se percató que alguien lo estaba observando desde adentro de una camioneta color negra con los vidrios polarizados. Él sujeto vio que era el momento oportuno, así que se bajó de su vehículo, miró hacia ambos lados y camino hacia donde estaba Juanito.

—¡Hola, pequeño!—Él lo saludo con una amplia sonrisa.

—¡Hola, señor!—Juanito saludo con toda la educación en inocencia del mundo.

—No me digas señor, no estoy tan viejo, mejor dime James. Total…ya somos amigos, ¿No?—Él le guiño un ojo a Juanito quien asintió.

Juanito pensó en lo que le dijo Calle, así que tomo el carrito que él le había obsequiado, lo tomo en sus manos y se lo extendió a James para que lo tomará.

—Le agradezco el detalle, pero Dani me dijo que no podía aceptar cosas de desconocidos—Él le dijo a James quien frunció el ceño.

—No, quedatelo, es un regalo de mi parte—Juanito bajo sus manos junto con el carrito de juguete—pero dime, ¿Quién es Dani?

—Dani, ella es la chica más hermosa que existe en este planeta y también en Marte y Júpiter. Pero también es mi mejor amiga, mi hermana y a veces se comporta también como una mamá, por eso es que yo le obedezco en todo—Juanito le contó a James quien asintió en señal de que había comprendido.

—¿Sabés?, Creo que Dani es un poco egoísta, porque solo quiere que tú seas su amigo, pero yo también quiero que seas mi amigo, Juanito.

—¡Dani, no es ninguna egoísta!—Juanito le dijo enfadado a James, Calle era muy importante para él.

—Lo siento, no quise ofender, pero es enserio que quiero ser tu amigo. Por eso vine a invitarte a comer un grande y delicioso helado de chocolate, ¿Qué dices? ¿Vamos?—James le pregunto a Juanito y extendió su mano para que él la tomara.

Juanito lo pensó por un momento, pero la idea de comer un gran helado de chocolate era muy tentadora y tengamos en cuenta que Juanito es un niño y a ellos se les convence rápido con algún caramelo.

—¡Vale!, Pero que sea de dos bolas—Juanito cubrió su boca y se rió por lo bajo.

James al escuchar que Juanito acepto el helado, sonrió ampliamente.

—¡Perfecto!, Vamos, Juanito. Recoge tus cosas y vámonos—Juanito acepto muy feliz y empezó a guardar sus cosas con mucha velocidad, el moría de ansias por comer su enorme helado de chocolate.

Después de que Juanito terminará de guardar sus cosas, tomo la mano de James y se dirigieron a su camioneta. Cuando estaban dentro del auto James tenía una sonrisa maliciosa que no se la quitaba nadie.

Ambos llegaron a la heladería. Juanito fue a jugar un rato en el área de juegos mientras que James esperaba los helados. James al estar solo saco de la bolsa de su saco un gotero y lo aplicó en el helado de Juanito, después de que la mesera lo había servido, James llamo a Juanito para que se comiera su helado, Juanito empezó a comerlo con muchas ganas, pero luego de un rato el empezó a sentir mucho sueño y después de un rato el se quedó dormido. James cargo a Juanito, pago la cuenta e incluso le dijo a la mesera que él era su hijo y que siempre se quedaba dormido en lugares públicos. James, salió de la heladería, colocó a Juanito en los sillones de atrás del auto, luego lo encendió y empezó a manejar a toda velocidad.

James, se parqueo delante de la bodega, luego cargo a Juanito y lo llevo adentro.

—Vaya, James, ya era hora de que trajeras a este mocoso.

La Eterna SolteronaWhere stories live. Discover now