Señor oficial.

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Pov Calle.

—Ten Lau, dale el agua mineral a Juana—Lau tomo la botella, se la acercó a Juana, pero ella hizo un gesto de desagrado.

—Yo no quiero esto, yo quiero otra cervecita—Juana dijo y después cerró los ojos, era todo un desastre.

Alguien me tocó el hombro y cuando gire era ella.

—Mi amor, podemos hablar…por favor—Poche me dijo con evidente nerviosismo.

—¿Me vas hablar o a decir más mentiras?—Le pregunté cruzando los brazos molesta.

Poche bufó, tomo una de mis manos y me hizo seguirla de nuevo a la cocina. Cuando entramos ella suspiró profundamente, colocó mi mano en su rostro, haciendo que esta lo acunara y me hizo la mirada de gatito tierno, ustedes ya saben cuál es, es esa que hace el gato con botas para conseguir lo que quiera.

—-Mi amor, se que debí decirte que iba con Taylor, pero si lo hacía no me ibas a dejar ir y además te ibas a molestar—rodé los ojos al escucharla.

—De hecho, molesta ya estoy contigo, no puede ser que me hayas mentido solo para ir a ver a ese imbécil—quite mi mano de su rostro abruptamente.

—Sí, yo sé—ella resopló frustrada—pero te voy a explicar cómo fueron las cosas y lo que sucedió.

—Te escucho—Le dije colocando mis manos en la cintura en espera de su explicación.

Ella asintió y empezó a contarme.

—Estaba con las chicas cuando recibí mensajes de él diciéndome que estaba mal y que necesitaba verme y…

—Y tú fuiste corriendo a auxiliarlo sin importarte nada, incluso sin importarte tu supuesta novia a la cual no te importo mentirle a ella y a nuestras amigas para irte a ver con él—Le recriminé con evidente molestia. Poche me vio sería y negó.

—No digas supuesta novia, porque eso quiere decir que es mentira, tú eres mi novia ¡Y punto!—Ella me miró con sus ojos que echaban lumbre.

—Ajá, sí…¿Y luego?—Le dije y ella rodó los ojos.

—Tambien fui porque le quise dejar muy en claro que te amo y que jamás tendrá de nuevo una oportunidad conmigo. Él se puso mal y me dijo que me ama y que se arrepiente de lo que te hizo, me dijo que estaba muy deprimido pero yo solo podía desearle que encontrará a una mujer que si lo amara como se merece y además corte lazos de amistad con él, porque le dije que jamás podría perdonarle que te haya lastimado—Ella se acercó de nuevo a mí y me acorraló contra la pared—No estés enojada mi amorcito—Ella me dijo mirando fijamente mis labios y poniéndome nerviosa.

Pero mi enojo no podía desaparecer de la noche a la mañana.

—Lo que me molesta, María José, es que me mientas.

—¡Ya te dije porque lo hice!—ella me dijo exasperada.

—Ajá, ¿Pero qué hubiese pasado si me hubiera llamado Barbie para que yo la fuese a consolar y te digo mentiras?—La cara de Poche se transformó cuando le dije eso.

—¡Es diferente!—Ella me dijo molesta.

—¡Es igual, María José!

—NO, porque yo no me cogí a Taylor.

Ambas guardamos silencio, era un silencio incómodo, cualquiera que entrara a la cocina iba a poder sentir el ambiente tan pesado e incómodo que había entre nosotras.

—Al menos yo siempre fui sincera con mis sentimientos hacia Barbie, jamás le prometí una relación ni nada por el estilo—Le dije sintiendo rabia.

—Pero a Renata, sí—Hice una cara de confusión al escuchar que la metió en esto.

La Eterna SolteronaWhere stories live. Discover now