Personas desconocidas.

5.2K 381 30
                                    

Pov Calle.

Me despedí de mi mamá ya que me quedé a dormir anoche con ella, ya que después de un buen tiempo de no quedarme a dormir en casa ella me extrañaba, incluso me preguntó si ya vivía con Poche, a lo que le respondí que aún no, pues porque es la verdad, aún no vivimos juntas, aunque lo parezca. Me subí a mi auto, coloqué un poco de música y luego maneje mientras cantaba a todo pulmón, algunos conductores me veían raro, pero la verdad es que eso me tenía sin cuidado. Voy de camino a ver a Juanito, quiero tanto a mi Chaparrito, ese día que lo fui a ver después de que estuve con Poche, hablo del día en el que iba a irme para Europa, él no quería soltarme para nada, estaba muy feliz de que no me haya ido, incluso no dejaba de darle las gracias a Poche por impedir que me fuera, Juanito le dijo a Poche que ella era su heroína. No puedo evitar sonreír al pensar en la sonrisa de ese niño.

Estacione mi auto enfrente del parque en donde estaba Juanito. Bajé de el, arreglé mi chaqueta y luego empecé a caminar hacía donde estaba Juanito.


—¡HEY, CHAPARRITO!—Llame su atención, él al escuchar mi voz, giro su rostro y se encontró con el mío, me sonrió ampliamente, dejo las rosas en su carretilla y luego corrió hacía donde yo estaba. Juanito se colgó de mi y yo lo cargue rápidamente.

—¡Dani!, ¡Te extrañe tanto!—Él me dijo escondiendo su carita en mi cuello, sentí un inmenso calorcito en mi corazón al escucharlo.

—Yo también te extrañe, mi chaparrito—Le dije besando su cabecita.

—Dani, ven, te quiero mostrar algo—Él tomo mi mano y me llevo a pasos apresurados hacia su carreta.

Juanito parecía estar buscando algo, movía cosas por acá, cosas por allá, hasta que sacó un carrito rojo de juguete.

—Mirá, Dani, ¡Es de control remoto!—Juanito me dijo muy emocionado, sonreí pero a la vez tenía curiosidad de donde o quién le había dado ese juguete a Juanito.

—¡Esta genial!, Pero dime chaparrito…¿Dónde lo conseguiste?—Le pregunté mientras el me enseñaba como funcionaba el carrito.

—Un señor muy bueno me lo regalo—él me dijo y yo fruncí el ceño.

—¿Un señor?—fruncí el ceño.

—Sí, me dijo que el hacía obras de caridad y que siempre le regalaba juguetes a los niños—Juanito me decía mientras estaba distraído con su auto.

—Chaparro, no está bien que hables con desconocidos y menos que aceptes regalos de ellos—Él dejo de jugar con su auto y fijo su atención en mí

—Dani, pero tú también eras una desconocida y mira ahora…eres mi mejor amiga.

Juanito tenía razón, pero él no se podía confiar de desconocidos.

—Juanito, es muy diferente, yo soy una buena persona y no todas las personas lo son y mucho menos tienen buenas intenciones…ya no debes aceptar cosas de desconocidos.

—Pero, Dani…

—Ya hable, Chaparro, es un no y punto final. Conmigo no te hace falta nada, si quieres algo me lo pides y ya, pero deja de aceptar cosas de desconocidos.

Me dirán exagerada, pero sentí algo horrible en el pecho después de que Juanito me dijo que un señor le había regalado ese juguete y más porque sé que este mundo está lleno de maldad. Juanito miró fijamente el piso y no me respondió.

—¿Entendiste, Juanito?—Tomé su rostro para obligarlo a que me viera.

Él asintió, parecía estar molestó.

La Eterna SolteronaWhere stories live. Discover now