Un Café con galletitas.

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Pov Calle

Hoy, sin duda alguna era un gran día, me levanté, fuí al comedor y mi nana me preparo mi desayuno favorito, además que Renato llevo mi auto nuevo, me sentía demasiado feliz al tener ¡al fin! mi auto propio, la verdad es que ya no podía andar más con el de mi mamá, así que decidí comprar un Lamborghini Aventador SV Torado de color negro,  es ¡Hermoso y además muy elegante!, En fin, Juanpa me envió la información que necesitaba para poder empezar a conquistar a Poche, la primera parte del plan será ser su amiga, así que le dije a mi mamá que iba a salir un rato, me subí a mi auto y ¡Uff!, El motor estaba de lujo, además que el auto por dentro era igual de hermoso y elegante, el radio ni les cuento, pero en fin, no vamos hablar de mi auto.

Llegue a la biblioteca y le hice tema de conversación a Poche, la verdad es que admito que es una chica agradable, un poco ñoña, pero agradable.

Estaba leyendo el libro del principito, elegí ese porque tiene dibujitos y así no se me haría tan aburrido esperar a Poche.

—¡Estoy Lista!—Me sobresalte al escucharla, estaba entretenida en el libro—Lo siento, Calle, te asusté…¡Que pena!—Ella me dijo cubriendo su boca y yo negué con una sonrisa.

—No te preocupes, lo que pasa es que estaba entretenida, pero mejor dime…¿Ya terminaste?—Le pregunté y ella asintió con una sonrisa.

Llevamos el libro al mismo pasillo en donde lo habíamos encontrado, lo coloqué en el mismo lugar y después le dije a Poche que me acompañará al estacionamiento en donde se encontraba mi auto, salimos del lugar, ella se encargó de cerrar la puerta y colocar el seguro para evitar futuros problemas, caminamos un poco hasta llegar al lugar en donde estaba mi auto estacionado.

—¡WOW!—Poche dijo sorprendida al ver mi auto.

—¿Es lindo, no?…hoy me lo entregaron—Le dije abriéndole la puerta del auto para que entrara.

Rodé mi auto, abrí la puerta hacia arriba y luego entre en él.

—Sí, la verdad es que es muy lindo, supongo que son ciertos lujos que se pueden dar las celebridades—Ella me dijo mientras se colocaba el cinturón de seguridad.

—Así es Poche, tengo la suerte de tener siempre lo que deseó—Le dije encendiendo el auto y sonriendo.

Íbamos transitando las calles de la ciudad, le pregunté donde quería ir y ella me dijo que se le antojaba un café con galletitas, yo asentí y continúe conduciendo, conocía un lugar muy bueno en donde sirven un café sumamente delicioso.

Llegamos al Café San Alberto Usaquén, en dónde el café era muy recomendado, estacione mi auto, apague el motor y luego salí rápidamente de el para poder abrirle a Poche.

Caminamos hacia la entrada del lugar, entramos, observamos el lugar y elegimos una mesa que estaba cerca de unas plantitas muy lindas. Ella ordenó un Late con galletas de chispas de chocolate y yo un expresó con un pastel de tres leches.

—¿Y bien Poche?, Cuéntame sobre ti—Le dije recargando el mentón sobre mi mano para prestarle atención.

—Bueno…yo tengo 25 años, llevo cinco años trabajando en la biblioteca, me encanta la literatura y ayudar a las personas, así que es un placer trabajar en ella—ella me explicaba mientras movía sus manos de una forma curiosa—Tengo una hermana que tiene dieciocho años y también a mi papito que se llama Juan Carlos, es el mejor papá del mundo—a ella se le iluminaban los ojos mientras me contaba sobre su familia.

—¿Y tu mamá?—Le pregunté y derrepente el brillo que tenía en su rostro se extinguió.

—Ella falleció, perdió la lucha contra el cáncer—Su voz se volvió más aguda y fue ahí donde me di cuenta que había cometido un error.

La Eterna SolteronaWhere stories live. Discover now