Un desayuno incómodo.

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Pov Poche.

Calle estacionó su auto en el parque que yo conocía tan bien, ella bajo del auto lo rodeo y luego me abrió la puerta, me extendió su mano para ayudarme a bajar, cerro nuevamente la puerta y  entrelazó mi mano con la de ella para empezar a caminar, no tienen idea de cuánto amo que haga eso.

—¿Tienes frío?—Ella se detuvo para preguntarme, yo me abrace a mi misma porque en verdad si tenía frío.

—Un poco—Le respondí con una sonrisa de boca cerrada.

Ella se quitó su chaqueta y luego me ayudó a que yo me la colocará.

—¡Listo!—Ella dijo y beso mi frente.

Caminamos hasta donde había una carreta con flores, detrás de ella había un pequeño niño gritando para ofrecer sus flores.

—Mirá, ese de allí es Juanito—Calle me dijo con emoción en su rostro.

Nos acercamos más, el niño cuando vio a Dani salió corriendo y la abrazo como un koala a su árbol.

—¡Dani!, Que bueno que viniste, le conté a todos mis amigos del barrio que tengo a una amiga muy hermosa—Él niño le dijo a Calle haciéndola sonrojar, ella se veía tan linda así.

—Ah si, pues yo también le presumí a alguien muy importante para mí de que tengo un amiguito nuevo—Ella se colocó de cuclillas para estar a la altura de Juanito.

—¡¿Enserio!?—Él le pregunto lentamente con un destello de emoción.

—Sí, es más, la traje para que te conozca…Juanito te presento a Poche…Poche te presento a Juanito—Ella nos presentó.

El niño se acercó a mí, me tomo la mano y la besó de una forma muy delicada y caballerosa.

—Es un gusto señorita, mi nombre es Juanito pero puede decirle chimuelo y soy amigo de Dani—arrugue mis ojos y mi boca al ver lo dulce que era Juanito.

—El gusto es mío, Juanito. ¡Eres todo un caballero!—Le dije apretando su mano en forma de saludo.

—Mi papi siempre me dice que a las mujeres se les trata con mucha amabilidad y respeto, porque sin ellas el mundo sería muy triste y aburrido.

Les juro que mi corazón se derretía por la forma de ser de Juanito, ya entiendo porque el robo tan rápido el corazón de Dani.

—Dani, está señorita…¿Es tu novia?—Él le pregunto a Daniela encogiendo sus hombros y colocando su manita sobre su boca para evitar que lo viéramos reír.

Pude ver cómo Calle se había puesto nerviosa y su rostro se tornó rojo.

—Eh…ammm, esté…

Me reí al ver a Calle.

—Juanito, ¿Tienes hambre?, Podemos ir por pizza, ¿Quieres?— Le pregunté y el asintió rápidamente.

—¿Qué hago con mis flores?—El niño nos preguntó, aún le hacían falta vender cinco ramos de rosas.

—Por eso no te preocupes Juanito, yo te las compraré para Poche—Calle me guiño un ojo y sentí mis mejillas arder.

—¡Sale y vale!, Le voy a encargar mi carreta a Don trapos—Juanito nos dijo bajando las rosas de la carreta y tomándola para llevársela a un señor que se parecía a Santa Claus.

—¿Por qué eres tan linda?—Le pregunté a Calle abrazándola de su cintura.

—No lo sé, así me hizo mi mami—Ella me dijo tomando mi rostro entre sus manos y plasmando un rápido y corto beso en mis labios.

La Eterna SolteronaWhere stories live. Discover now