La verdadera Daniela Calle.

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Pov Poche

No pude más y me quebré en ese momento, mi corazón dolía, me dolía tanto como el día en el que me enteré que mi mamá no abriría nunca jamás sus ojitos, me duele tanto porque de alguna u otra forma volveré a vivir un duelo, pero esta vez será el del amor que siento por ella.

Mar se acercó a mí y rodeó mi cuerpo con sus brazos, ella acariciaba mi cabello delicadamente y trataba de calmarme.

—Se que es duró, en realidad quien no haya sufrido por amor es una leyenda, todos en algún momento de nuestras vidas hemos sufrido por amor, pero al final de toda esa mierda te das cuenta que te ayudo, te hizo aprender, te dejo lecciones, experiencia, el amor te destruye pero después te hace renacer y eso es lo que haremos Poche, vamos a callar a tus temores, al verdugo que te ha estado atormentado durante toda tu vida. Este es el momento para que puedas resurgir como el ave fénix—Ella se colocó en cuclillas enfrente de mi y me pidió que la viera—Es hora de que cambies, no por nadie si no por ti, porque la próxima vez que haga que te veas al espejo y te pregunté que ves, me dirás algo muy distinto a lo que me estás diciendo en ese momento. Cambiaremos tu forma de pensar, vamos a trabajar en tu autoestima y la elevaremos hasta el cielo, también cambiaremos un poco tú aspecto, ya sabes solo te daremos un retoque y todo va por mi cuenta…¿Qué dices?—Ella me preguntó mientras cruzaba los dedos.

Pensé en decir que no, pero me di cuenta que ya era tiempo de dejar a esta Poche en el pasado,  enterrarla junto con el dolor y el amor que siente por Daniela Calle.

—Esta bien, Mar, ¡Aceptó!—Le dije y ella se levantó del piso y pego un grito.

—¡SIIIII!,no te vas arrepentir Poche—Ella me dijo con una gran sonrisa—¡PAULA, PREPÁRATE PORQUE NOS IREMOS DE SHOPPING!—Mar me tomo de la mano, me levanto de cama y luego me arrastró afuera de la habitación y después por las escaleras.





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Entramos a una boutique y lo siguiente que pasó fue que Mar y Pau me metieron a un vestíbulo y me pasaron demasiada ropa, me sentía muy abrumada rodeada de tantas piezas. Me probé un vestido rojo que llegaba a mis tobillos con lunares blancos  y salí del vestidor, ellas me miraron y dijeron rápidamente que no sacudiendo la cabeza y las manos, me probé un traje de color negro pero me quedaba algo grande, salí del vestidor y Paula me empujó de nuevo al vestidor. Después de muchos muchos outfits salí portando una blusa crop top manga larga de color blanco, me sentía muy rara no estaba acostumbrada a enseñar el ombligo, también tenía puestos unos jeans tallados de color celeste y rasgados de los muslos. Salí del vestuario y las chicas levantaron los dedos pulgares.

—¡Mamasitaaa!—Mar me dijo levantando sus cejas repetidas veces, Pau le dio un codazo y me hicieron reír.

—¿Te sientes bien con ello?—Ellas me preguntaron, salí del vestidor, vi mi atuendo y me atrevo a decir que me gusta

—Sí, está lindo—respondí con una sonrisa tímida.

—¡Bien!, Ahora mueve tú trasero y mételo en el vestidor, hace falta que te pruebes muchos más outfits, faldas, vestidos, blusas, chaquetas, shorts, lencería…etc.

—¿¡Qué!? ¿Por qué la lencería— le pregunté a Pau quien alzó una ceja como diciendo que era obvio el porque.

—Es obvio mi querida Poche, la ropa interior aunque no lo creas te eleva la autoestima. Tú te ves en el espejo con un conjunto de encaje y dices…¡Yo si me doy, y no los buenos días!—Mar asentía con la cabeza mientras hacia cara pícara.

Rodé los ojos y volví a entrar al vestidor, menos mal que hoy madrugamos, porque al parecer será un largo y duro día.






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