La plática con Barbie.

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Pov Poche

Estaba sentada en una de las mesas de afuera de la cafetería, estaba esperando a Bárbara, me sentía nerviosa, ella prácticamente es la ex de Daniela, nunca he hablado con ella personalmente, esta es la primera vez en realidad. Estaba sumida en mis pensamientos cuando un auto negro se estacionó a unos centímetros de mi, me removí en mi asiento al ver que ella salió del auto, llevaba una falda corta de color negro que se pegaba a su muslos resaltando sus caderas y una blusa sin mangas del mismo color, llevaba una chaqueta de cuero roja, unos botines y su cabello estaba recogido, ella colocó sus gafas de sol sobre su cabeza y empezó a caminar como una típica modelo hacia a mí.

—¡Hola!…¿María José?—Ella me dijo seguido de un beso en la mejilla como saludo.

—Así es, y tú obviamente eres, Bárbara—Le dije y ella asintió.

Ella me miró de arriba hacia abajo y luego se sentó en la silla que estaba enfrente de mi.

—¿Ya ordenaste?—Me preguntó y yo negué.

Ella llamo al mesero y ambas ordenamos simplemente una taza de café, la cual de forma eficiente el mesero nos trajo en cuestión de unos breves minutos.

—¿Y bien…de que quieres hablar conmigo?—Le pregunté ajustando mis gafas.

—Es fácil—Ella alzó una ceja mientras me miraba—quiero saber que tipo de relación tienes con Daniela—Ella me preguntó de forma directa.

—Daniela y yo estamos empezando algo muy lindo, estamos a punto de tener una relación—Le dije con una sonrisa que se disipó al escuchar su risa burlona.

—Querida no es por nada, pero…¿Te has visto en un espejo?—ella me miró con desdén y yo empecé a sentirme incómoda—Tu eres muy…¡Básica!, No te arreglas, no te maquillas, tu forma de vestir es muy pasada de moda, ¡pareces una nerd!—Escuche decir a Bárbara y no pude evitar sentirme mal, ella me estaba recalcando todas mis inseguridades.

—No entiendo a dónde quieres llegar—Le dije de forma tranquila.

—Es fácil…¡Ubicarte!…no entiendo cuál es el juego de Daniela, ella no está acostumbrada a niñas tan simples como tú, Daniela es mucha mujer para ti, niña. Es que mientras más te veo más pienso como es que Daniela puede subir una foto contigo, vaya que le vas arruinar su carrera.

—¡Basta!—Le dije tratando de controlarme.

—Daniela Calle no encaja contigo, ella es hermosa, perfecta, magnífica, o sea es un sueño de mujer, yo la quiero para mí, así que ten presente que cuando Daniela se aburra de ti, volverá a dónde pertenece y eso es conmigo.

—No estés tan segura—Le dije sintiendo mi sangre hervir de la cólera.

—Yo soy una exitosa modelo, soy hermosa y tengo todo lo que a Daniela le gusta, no fue en vano que yo haya sido la primera mujer en su vida y además creó que ella vino con su objetivo más que claro conmigo, ella y yo somos y seremos una pareja perfecta, tú sobras niña, así que…eso era todo lo que tenía que decirte.

—Daniela me ama y yo a ella, la que sobra eres tú, tú podrás ser todo lo modelo que quieras pero se nota a distancia que tienes la cabeza hueca y que te desvalorizas tú misma al creer que la belleza de la mujer únicamente está en el físico, porque eso no es así, la belleza más importante siempre será la del alma y yo desde acá puedo sentir la pestilecia de la tuya, porque está más que podrida—Le respondí y ella se quedó sin palabras.

—Tipico discurso de una fea—ella se rió—no tengo nada más que decir, ya te dije lo que deseaba, adiós María José.

Ella se levantó de su asiento, dejo dinero sobre la mesa, se dio la media vuelta y se retiró.

La Eterna SolteronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora