Sigan con su conversación.

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Pov Poche.

Estaba enfrente de la puerta de su departamento, no sabía si estaba haciendo lo correcto al venir, pero quiero hacerle saber a Taylor que no se puede volver a meter con ella y además también quiero asegurarme que él esté bien. Toque a la puerta y al segundo toque él abrió, al verme sonrió ampliamente y me invitó a pasar rápidamente.

—Hola, Taylor—Lo saludé cuando estaba dentro de su departamento.

—¡Hola, mi loquita de la playa!—Él me saludó con un beso en la mejilla, yo sonreí incomoda.

—¿Para que querías verme?—Le pregunté.

—Antes que empiece hablarte, te pediré que tomes asiento—Él me pidió de forma amable, yo accedí y me senté en su sofá.

Taylor me pidió que lo esperara, que iría por algo de tomar, después de unos dos o tres minutos el regreso con un vaso lleno de limonada en su mano, yo le agradecí, pero la verdad es que no tenía nada de sed, así que mantuve el vaso en mis manos.

—Dime…¿Qué te sucede, Taylor?, ¿Dónde quedó el Taylor que yo conocí?—Le pregunté, él no pudo sostenerme la mirada, así que bajo el rostro.

—Poche…yo…te extraño, en verdad lo hago, se que para ti yo ya no soy nada, pero tú sigues siendo mi todo—él se acercó más a mí en el sofá y yo me removí incomoda.

—Taylor…yo lo intente, te juro que intente enamorarme de ti, intente comenzar desde cero a tu lado…pero no pude, ¿Y sabes porqué?—él me miró atento esperando mi respuesta, aunque yo sé que él ya la sabía—No pude amarte, porque yo jamás la dejé de amar a ella, solamente me menti a mi misma y me aferré a la idea de que ya no la amaba, pero jamás la pude sacar de mi mente, de mi piel y sobre todo de mi corazón, sé que a tu vida llegará una mujer que te ame, te respete y que sea tu complemento, pero esa mujer…no soy yo—dejé el vaso con limonada sobre su mesa de Star.

—¿No te la vas a tomar?, Hay mucho calor, Poche—Él me dijo viendo el vaso de limonada y yo negué.

—Te lo agradezco, pero no tengo sed—Le dije y el asintió.

Taylor se paró y se colocó en cuclillas enfrente de mí, tomo mis manos y las beso.

—Tengo lucido cada momento que viví contigo en Cartagena, es imposible olvidar a la persona que te hizo volver a sentirte vivo, yo quisiera tener su lugar, poder verte dormir, despertar en las mañanas y llenarte de besitos para que despiertes, ser el hombre por quién suspires, ser el dueño de tu corazón…

—Taylor…

—Solo escúchame…yo estoy enamorado de ti, te metiste en mi corazón y ya no puedo sacarte de el. ¿Sabés?, Aún pienso que es injusto que le hayas dado una segunda oportunidad a Daniela, ella no se la merece, ella no te merece, ella lo único que ha hecho es jugar contigo, tú misma viste como se beso con esa chica en la fiesta, la forma en la que bailaban y rozaban sus cuerpos, ¿Crees que ese beso apasionado es de amigos?, Yo no creo, además si tú no hubieras impedido su vuelo, te apuesto que la chica esa de la fiesta y ella ya tendrían algo, ¿Te das cuenta?, Calle jura amarte, pero en la primera oportunidad sé mete con la primera mujer que se le cruza por los ojos.

Me levanté abruptamente del sofá, lo que me decía Taylor me causaban molestía.

—En primera; Calle ya no es la misma de antes, yo soy testigo de cuánto ha mejorado y de cuánto me demuestra su amor por mi cada día, en segunda; Calle hizo todo lo posible por demostrarme que me ama…Se disfrazo de Pollo, ¿Recuerdas? Y en tercera; yo confío en ella y sé que la única mujer que es dueña de su corazón, soy yo—Le dije de forma segura y en un tono serio.

La Eterna SolteronaWhere stories live. Discover now