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«.... No se como empezar esto para ser sincera, no soy nada buena tratando con personas externas. ¿Alguien más va a escuchar esto? No, ¿estas seguro papá? Si bueno, si papá lo dice... Es por que es cierto... Mi nombre es Perséfone Shroud, hola, soy hija única. Emm.. Tengo cinco años. Papá, no puedo hacerlo, no se que más decir.»
Perséfone dejó de grabar su voz, luego la dejó en la mesa, Grimm suspiro.
- Bueno, estuvo mejor que la anterior. - Dijo, después se rasco el estómago.
- Nadie más que Yui y Ortho van a escuchar eso, y claro, a menos de que tu quieras... - Dijo Idia mientras enviaba algo a través de sus muchas pantallas azules. La niña se miró las manos, luego suspiro.
- ¿Por qué hacemos esto? ¿N-no puedo simplemente e-estudiar en casa? - Pregunto sentándose en el frío suelo, luego abrazo sus piernas, para Idia, esa sensación fue jodidamente familiar.
- Bueno, Yui quiere que hagas amigos. En algún punto te van a servir, creeme. - Su padre se sentó a su lado, en la misma posición, si, casi no se notaba que eran familiares.
-... E-estoy bien con que s-solo el Tío Ortho sea mi amigo, mentiras. Grimm también lo es.... - Se negaba a sacar la cabeza de sus piernas, quería que su padre la abrazara, pero, no quería pedírselo.
Y tal como se lo hubiera dicho, lo hizo.
- No soy quien para decir esto. Pero, ¿podrías darle una oportunidad al exterior? Si no te gusta, hablaré con Yui, y descartaremos totalmente que vayas a la escuela. - La familia de Perséfone no se clasificaba por salir cada fin de semana, por miedo a que algo le pasara a su miembro más joven, la mantuvieron en casa desde que ella tenía memoria.
Por eso el miedo al exterior.
- Esta bien papá. L-le daré una oportunidad al exterior... Afuera... ¿Hay gatitos? - Le cuestionó correspondiendo su abrazo, luego se separó, quedando frente a él.
- Muchos. De todos tamaños, peludos, lisos, con colas delgadas, grandes y muy suavecitos. - Le explico mostrando en una de sus pantallas algunas ilustraciones de felinos.
