•ᴛᴏᴅᴏ ʟᴏ ǫᴜᴇ ᴛᴇɴɢᴏ. ♡

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— Y 2500, bien, todo está

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— Y 2500, bien, todo está... 

— ¡SAM! — El chico dejó caer al suelo el dinero que estaba contando, por la repentina aparición de Ichinen. 

— Pequeña diablilla.... No me Asus... Digo, ¿qué te puedo ofrecer? — Yui entro, dejando caer en el escritorio un montón de billetes, eso, sorprendió horriblemente a Sam. — ¿Chica? — Preguntó al ver cómo no hablaba, luego noto que sus hombros temblaban y el aire se le iba. 

— Dame toda la harina, leche, huevos y Chocolates que tengas. Ah, y si tienes listones, también por favor, quiero cinco rojos, tres amarillos, tres plateados, dos escarlata, tres morados, dos azul, ah, y cuatro verdes, oh, también uno rosado. — El encargado de la tienda se quedó recalculando, le había pedido demasiado en poco tiempo, una gotita cayó de su mejilla, luego suspiro. 

— ¿Puedes decirlo de nuevo? — A la que le tocó suspirar esta vez fue a Yui, después le entregó una lista al chico, este le agradeció y rápidamente fue a por todo lo que Ichinen había pedido. 

Posiblemente más de quince minutos y tenía todo lo que necesitaba. Genial, ahora tocaba llevárselo, lo único que pudo hacer Sam por ella era abrirle la puerta, ah, no había pensado las cosas bien. 

— ¿El azul y el rosado hacen buena pareja? Ugh, no tengo ni la menor idea de como voy a hacer esto... ¡Diablos! ¿De verdad quiero hacer esto? — Le dio una patada a la puerta de su dormitorio y entró, Grimm rápidamente fue a ver que había traído. 

— ¡Ah! Chocolates, ¿son para mí? — El monstruo había tirado muchos de sus listones al suelo, Yui con una mueca lo regaño, luego subió sus cosas a donde Grimm no las alcanzaría. — Aburrida. 

— Las galletas son para ti. ¿Creíste que me olvidaría de ti? — El felino hizo un puchero, no queriendo admitir lo que Yui había adivinado, eso logró que ella se riera de él. — Si se sobra chocolate, también te lo puedes comer. — Dijo, Grimm asintió ansioso ante eso, pocos segundos después se dedico a mirar como la chica leía instrucciones y trataba de hacerlo lo más cercano posible a la receta. 

— ¿Vas a clasificar los regalos por dormitorio? — Yui asintió, Grimm comenzó a contar los listones. — ¿Pará quién es el rosado? 

— Ese lo voy a entrelazar con otro. — El monstruo tomó el listón color pastel, luego comenzó a juntarlo con los demás, quizá probando cuál se le veía mejor. 

➤ᴛᴡɪsᴛᴇᴅ ᴡᴏɴᴅᴇʀʟᴀɴᴅ ᴄᴏʀᴛᴏs.Where stories live. Discover now