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—.... — Simplemente ya no podía verlo ahí parado, sabía que sus sentidos no eran como los de un humano normal, él sabía que probablemente ya se había dado cuenta de su presencia, pero lo estaba ignorando, todo por eso dos... Esos dos malditos.... ¡Esos dos malditos soldados de carta!
Chisto la lengua, salió detrás de su escondite, jalando del brazo al humano de cabello café y débil cuerpo, ambos soldados de carta y monstruo se asustaron al ver el agarre en que había sido apartado, aunque el que tenía más dudas ahora mismo era el protagonista.
— ¿Qué sucede, Ruggie...? ¡¿Eh!? ¿¡Qué pasa!? — Yu trato de ir lento, quizá quería su atención, cosa que estaba dispuesta a darle, incluso si sufría de las burlas de Ace en los próximos días, pero la hiena no le dio tiempo, jalando de su brazo, se lo llevó dando la vuelta, el humano suspiro bruscamente.
— ¿Vamos por él? —Propuso la bestia con apariencia de gato, sus dos amigos sólo se miraron, no sabiendo que decir o hacer.
— ¡Ruggie! ¿¡Qué carajo pasa!? —Deshizo su agarre, tenía más fuerza que Leona y Jack juntos, podía deshacer su simple agarre de un manotazo, pero no lo había hecho por simple curiosidad, y más por saber a dónde lo llevaría, se canso al ver la sala de espejos, cuando se soltó, la bestia con orejas de hiena lo miró, casi parecía que le iba a dar un ataque de rabia.
