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- ¿Estás listo, Grimm? - Preguntó aquella chica. Su felino flotaba a su lado.
La menor tenía puesto un vestido de tonalidades blancas, junto con una hermosa corona de flores del mismo color de su vestido.
El pequeño "mago" tenía puesto un diferente moño.
Ambos estaban parados frente a una gran puerta, ella suspiró, para después abrirla.
Su sonrisa rápidamente desapareció, la mayoría de los chicos con los cuales socializaba, la acapararon.
Unos se pegaron a su espalda, otros a sus piernas, mientras que algunos la tomaron de sus brazos y cintura.
- ¿Q-Qué está pasando aquí? - Cuestiono, su espacio personal estaba siendo violado.
- ¡Yuu-Chan! - Exclamó el líder de Octaville. Él cuál abrazaba una de sus piernas.
- ¿A-Azul-San? - La chica lo miró, este tenía una marca en su mejilla.
Y no cualquier tipo de marca, una mano... A juzgar por la complexión, esta le pertenecía a una mujer.
Observó a los demás a su alrededor, todos poseían lo mismo.
- ¿Quién les hizo eso? - Ahora entendía todo.
- Hey Yuu, mira allá - Le Llamó Grimm, este le estaba señalando a una... ¿Novia? Parecía más bien un fantasma.
- ¡Fue ella! - Delataron la mayoría.
- Chicos.... No quiero ser grosera, pero, ¿podrían soltarme? Están... - Ella miró hacía otro lado sonrojada.
El grupo de estudiantes, avergonzados, acataron la orden.
Yuu sacudió su vestido y reacomodo su tiara.
- Les traeré hielo, solo.. No se acerquen a ella ¿si? Prometo, volver pronto - No estaba viendo por donde iba, sintió cuando algo se interpuso en su camino, haciéndola chocar.
No otra vez, no quería ensuciar aquellas ropas.
- ¿Yuu? - Reconocía esa voz, por suerte, le habían atrapado.
- ¿Ace-Kun? - Dijo incrédula, observo el chico de corazón pintado.
¡Su cabello! ¡Su cabello, no era un desorden!
- Wow, te vez increíble - Soltó mientras picaba una de las mejillas de su compañero.
- D-Detente... - Susurró, el chico retiró su mano delicadamente.
- Lo siento.. ¿¡Riddle-San!? - Exclamó viendo al líder de Heartslabyul.
¡Él también estaba brillante!
- Buenas noches, Yuu, me gusta el vestuario que escogiste para venir - Él le dedicó una sonrisa, la cual, fue muy bien correspondida.
