•ɴsғᴡ: ᴄʀᴇᴍᴀ ᴅᴇ ᴠᴀɪɴɪʟʟᴀ.

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— Abre la boca

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— Abre la boca. —Dijo Yui con una mini cucharita, la forma de la punta tenía como decoración a un pequeño gatito, Idia al escucharla rápidamente hizo caso, saboreando cada parte del postre casero que ahora comía, lo mejor, una fiesta sin invitados, un pastel y "su regalo de cumpleaños" si. Yui-chan había sido literalmente enviada en una caja a Ignihyde, amarrada con varios listones, Ace siempre le recordaría a Idia que justo cuando ella salió de la caja, al chico de pelo azul, le dio una hemorragia nasal. ¿Lo mejor de eso? Que había quedado completamente grabado, así que fácilmente podría atormentarlo cualquier día de la semana con eso. 

Yui no había accedido a eso, te preguntaras, ¿como lograron que accediera a eso si ella no lo había autorizado? En la única forma que podían tomarla, dormida, literalmente la chica tenía su pijamita con decorado de fresas en ese momento, la sorpresa fue tanta que Yui sacó a Grimm del dormitorio por querer jugarle al líder, después de curar la hemorragia de Idia-kun, ambos se fugaron a un lugar más tranquilo y desolado, el dormitorio destartalado. La mesita de té de Yui había servido para que ambos se sentarán a platicar de que se sentía perder otro año de vida, si señor. 

— De verdad, se merecían esos chipotes~— Hablo la pelirroja mientras doblaba la pierna recordando como todo el grupo de primero había quedado con golpes grandes saliendo de las cabezas de todos, pasados algunos segundos, la burlona risa de Idia le dijo que para el, había sido una escena jodidamente hilarante. 

— Ah~ puedo imaginarme que pusieron sus manos sobre ti... Hm... —El chico, poniendo su mano sobre su mentón, se dejó caer en la silla, observando el cuerpo de la castaña, imaginando todo el esfuerzo que debieron haber hecho para no tocarla en partes indebidas, después bufo, Yui confundida solo ladeo su cabeza.— No me gusta el sonido de eso... —cerrando los ojos mientras ponía las manos a los lados, sacó una sonrisa algo nerviosa de la castaña, para después meter la cuchara de nuevo en la fina capa de betún que descansaba sobre la mesa, indicándole al chico que de nuevo abriera la boca, el pedacito de pastel se cayó en la ropa de Yui. 

— Uy... ¿Me pasas una servilleta? —Servilletas con decorado de ositos, en verdad que la cocina de Yui tenía una sola palabra para definirle y esa era: hermosa. Idia extendió su mano, pero antes de dársela, la arrugó entre sus manos, teniendo una idea jodidamente buena (según el) Yui se canso de tener el brazo extendido, estando ella a punto de tomarla, el chico se levantó de su asiento, posicionándose sobre el suelo, dándole acceso a recostar su cabeza en las rodillas de la chica. — ¿Qué pasa? ¿Ya fue mucho dulce? —Preguntó la chica, tratando de averiguar el cambio de lado, hasta de actitud, cuestionandose si quizá le había dado dolor de estómago, Idia negó, para después pasar sus manos por detrás de la cintura de la chica, acercando su abdomen directamente hacia sus labios. 

➤ᴛᴡɪsᴛᴇᴅ ᴡᴏɴᴅᴇʀʟᴀɴᴅ ᴄᴏʀᴛᴏs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora