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Ichinen le había estado ignorando desde que había adquirido ese bobo libro. Ya que todo lo que esta hacia, era estar sobre ese montón de páginas, no importaba donde, en la escuela, lo tenía, con el cabeza de hongo y el impulsivo, lo tenía. Y con el mapache... ¡TAMBIÉN!
¡Diablos! ¿¡Qué tenía de interesante!? ¡La maldita portada era una flor azul! El azul siquiera era bonito.
Veía como se cambiaba de posición cada cierto tiempo, luego se cubría con el libro la boca, ¿qué tanto estaba leyendo?
—... — Se canso de fingir que no le interesaba, suspiro. Después fue a quitarle el montón de hojas.
— ¡Oye! — Y claro, la molestia fue instantánea. Lo puso arriba, evitando que esta la alcanzará con sus pequeños saltos.
—... ¿Es enserio? Fácilmente puedo lograr esto. — A Yui no le interesó, solo quería su libro de vuelta.
— Mierda leoncito, no puedes estar celoso de un maldito libro. — Esa le dolió. Y más por el tono burlosco que había utilizado en él.
— Aw, mirate, tratando de alcanzarme.... ¿Quién te manda a estar tan enana? — Ahora él le había dado donde le dolía. Su altura. Aunque bueno, Yui lo soporto, se alejo.
Y se tiro sobre él, tomando su libro en el proceso.
— Recuerda quién te pisoteo. Así es, fui yo. — Se dio una palmadita, después sacó la lengua. — Genial, ¿dónde me quede...? — Cuando se iba volver a sentar, esta vez el león fue el que la arrastró. — ¿¡Qué haces!? — El ser levantada, no era un problema. CASI todos podían hacerlo, Leona no era la excepción.
