2. la acosadora y el viejo.

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—si madame, quedó preciosa, medio callejón la volteara a ver.— aseguró Amy, a penas sintió la campana se emocionó.— ¡Ya voy!

—oh cariño, eres un amor... Hace tiempo mi cabello no se acomodaba así. Me encantan los rizos y por fin quedaron como me gusta.— sonrió acomodando su cabello y admirando como se veía en el espejo.

—use la crema que le di, después de bañar con el cabello húmedo comienza a apretarlo con rabia.— bromeó quitando la capa que protegía de que le cayera cabello o algún producto.

—muchas gracias, aquí tienes.— le paso los galeones y cuando se iba dejó aún más en la propina, ganaba buena propina por su amabilidad.

Con su varita hechizo la escoba para que barriera y caminó a la sala de espera para ver...

—oh tú...— rodó los ojos al ver a George Weasley, tenía cabello un poco largo y descuidado. Amy se cruzó de brazos y lo miró mal.— ¿Que quieres? ¿Vienes con tus bombas? ¡Porque si es así-

—¿Así atiendes a tus clientes?, Gárgolas galopantes, eres un amor...— rodó los ojos y ella suspiró intentando calmarse.

—¿Tú? Tú no vienes por un corte... Tu lo dijiste, mi local da risa.— se acercó a él a punto de correrlo nuevamente de su local.

—lo sostengo. Tengo que ir a una boda y eres la única que corta cabello por acá.



[Amy Abbott]

La actitud de este chico realmente era un asco, era arrogante por más que tratará de hacerse el serio o neutro. Totalmente desagradable.

—¿Y tu mamá? Ella solía cortarte el cabello, ¿No?— lo vi rodar los ojos y se levantó del sillón.

—¿Sabes que? Olvidalo-

—¡Es broma!— grite antes de que se fuera, no iba a perder un cliente por odiarlo. Había aprendido a soportar idiotas, engreídos y alterados como George.— Ya ven a sentarte... Señor Weasley.— sonreí sabiendo que sería un insulto el llamarlo señor, no era más mayor que yo. Si yo tenía dieciocho y el tenía siempre dos años más tenía veinte.

—¿Señor? Pff... ¿Cuantos años tienes?— pregunto y yo aproveche de elevar su rostro para poner la capa de peluquería.

—menos que tú claramente, señor.— repetí con gusto de molestarlo, el gruño.

—no soy señor, para con tus mamadas.

—¿Te sabes callar, idiota?

—¿Sueles insultar a todos tus clientes?.— pregunto mirándome fijó. El idiota era lindo, pero lo arruinaba su actitud.

—solo a ti, tengo dieciocho.— respondí peinando su cabello, nuestras miradas conectaron en el espejo y la evite a toda costa con molestia.— ¿Que te quieres hacer?

—¿Me recomiendas algo acosadora?

¿Acosadora?

—rapate.— solté como si nada, aunque por dentro tenía unas ganas tremendas de tomar una máquina y raparle la cabeza.

—¡Ja! Chistosa.— se puso serio nuevamente, que desagradable.— haz lo que quieras que se vea decente, decente eso sí... Te juro que si haces algo horrible me enojarse mucho contigo.— asentí encontrando el corte indicado para el. Podría haber cortado todo su cabello pero no quería mi peluquería fétida, aparte sería muy cruel de mi parte. Por más que según mi criterio mereciera una lección por grosero esperaba que el mundo cobrará venganza por mi.

Humedeci su cabello.— acosadora... ¿Se puede saber por qué me llamás así?

—¡Oh vamos! ¿Cómo sabías que mi mamá me cortaba el cabello?

𝐒𝐢𝐧 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨- 𝐆𝐞𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora