43. la gran diferencia.

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Amy abrió los ojos al sentir besos por sus hombros, pudo observar como estaba boca abajo mirando hacia la ventana.

—buenos días, nena.— acaricio su espalda.— ¿Quieres desayuno?

—ah...— no se pudo mover por el dolor de su espalda y caderas.— ay, me duele.— se quejó llevando su mano a su espalda.

—a ver.— quitó las frazadas para notar sus dedos marcados. Se horrorizo de él mismo, y llevó su mano.— te destroce...

—si. Ayúdame.— George agarró su varita, intentando ver si con un episkey era suficiente.— un poco mejor.

—¿Si?— Amy se volteó y agarró sus hombros.— lo siento, perdón.

—¿Por qué? Lo disfruté demasiado.— lo bajo dejando un beso en su frente.— más que demasiado.

—es que te juro que te veías tan bien... Creo que por un momento olvide tener cuidado.— su mano subió hasta su mejilla. La acariciaba con tristeza.

—me gustó cuando jalaste mi cabello.— confesó. Rodó con él y quedó en su pecho.— lo hiciste perfecto.

—no me provoques.— junto sus labios en un beso mientras la culpa lo dejaba. Ella no se sentía mal, le repetía que le gustó y eso era suficiente, lo que más le importaba.

—extrañaba estás mañanas.— se apoyo en su pecho y miro por la ventana.— si... Definitivamente necesitaba esto.

—yo también, no te imaginas cuánto necesitaba esto... Tenerte encima, sentir tu calor...— cerró los ojos.— siento que esto es un sueño. No quiero despertar.

—vas a despertar luego, en realidad yo sigo con Leonard.

—¡¿Qué?!— se sentó para verla, con unos ojos que la hizo cubrirse hasta la nariz con la sábana.— ¿De que hablas? ¿Me vas a dejar?

—era un juego.— confesó esperando su siguiente reacción. George froto la mitad de su rostro y negó.

—no juegues con esas cosas... No me gustan.— se levantó desnudo y Amy notó que quizás fue demasiado lejos.— tomaré un baño.

—Georgie.— quiso decirle algo más, pero él le dió una media sonrisa para entrar al baño. Se sentó en la cama e hizo sonar algunos de sus huesos para levantarse. Cerró los ojos adolorida y camino hasta el baño.

George sintió los golpes en la puerta y se sorprendió. Creía que estaba demasiado adolorida como para levantarse.

—¡Entra!— esperaba que ella hiciera pipí o algo por el estilo, sin embargo unas pequeñas manos pasaron por su abdomen.

—lo siento...

—esta bien.

—es que creí que sería chistoso, pero fue estúpido. Yo me hubiera molestado...— beso su espalda con cuidado.— fui una tonta, lo siento.

—me pone muy... Celoso. Imagino sus estúpidas manos sobre tu cuerpo, de la misma manera en la que yo las tuve y quiero estallar en mil partículas para dejar de sentir.— negó.— y siento que te gusta... Que piensas en él a cada momento y me preguntó que me falta para que quedes más satisfecha conmigo y lo saques de tu mente.

—nada...

—¿Me vas a decir que no te vienen recuerdos de tú y él?

—Georgie no... Claro que nada fue igual con él. No es correcto dar detalles, pero es que es distinto en todos los sentidos.— beso su espalda y se aferró a él.— mi mente está infectada de ti, mi corazón está ocupado por tu nombre mientras que mi cuerpo te anhela día y noche.

𝐒𝐢𝐧 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨- 𝐆𝐞𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora