42. cita interminable.

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—¿Cómo estuvo esa cena?— preguntó George caminando por las calles. Habían decidido tomar un paseo nocturno.

—estuvo deliciosa.— sonrió ya más abrigada.— la disfrute... Y también me siento mejor de hablar mejor las cosas.

—¿Lo ves? Es lo mejor.— sus manos rozaron y George las miro con una sonrisa.— también es lo mejor ir superando las cosas...

—oh.— se sorprendió cuando lo sintió entrelazar sus dedos y sonrió mirando hacia enfrente.— ¿Sabes? Me gusta estar contigo.

—me gustas tú.— la abrazó por la espalda.— me gustas mucho.

—¡George!— se volteó.— ay Merlín, eres un empalagoso.— se colgó de su cuello. miró sus labios tentada, ya no aguantaba.— ¿Ya me vas a besar, Georgie?

—moria por hacerlo.— atrapó sus labios apegandola a él. Sonrió inclinado mientras agarraba su cintura con fuerza, amando sentir como Amy lo atraía por sus mejillas.

El beso se sentía vibrante, lleno de pasión y sentimientos. George no podía más de la emoción, la sentía y su corazón palpitaba con fuerza y su felicidad parecía irreal. Sentir las caricias de su amada nuevamente era fantástico. Sus labios húmedos, su rico labial de cerezas y buen aroma lo volvía loco. Sentía que se derretia.

La abrazo se separó jadeando.

Por sus cuerpos no corría ninguna corriente de aire. George cerró los ojos y junto sus frentes.

—creo que... Que es hora de marcharnos. Tus manos están frías.— beso suavemente sus labios y continuo con sus mejillas.

—es que no quiero que está cita acabe.— sus manos acariciaron su cuello.— no quiero.

—que no acabe. Vamos a mi piso.

—vamos al mío.— sonrió y se escondió en su hombro.— vamos, tengo apartamento solo.

—¿Crees que es difícil convencerme?— agarró su cintura y comenzó a caminar con prisa.— no puedo esperar. ¿Que haremos? Dormir juntos, despertar y... ¿Quien hará el desayuno?— sonrió abriendo el auto.— bromeó, yo te lo haré.

—o quizás...— lo detuvo y lo atrajo hacia ella nuevamente. No ataco con un beso caliente, atrajo su cintura y agarró su cuello para profundizar aquel beso que tenía aturdido a George. Bajo sus manos a su trasero, quería que la tocara de la forma más indecente que se le ocurriera.

Lo llevo contra una pared para comenzar a bajar por su cuello. Se quedó en su lado derecho, cautivando a George con sus húmedos chupetones.

—¡Ah!— mordió su labio y se fijó que no viniera nadie. Estaban en medio de la calle.— nena... Sigue chupando.

Amy sonrió y desabrochó su saco. Puede que las copas de vino la hayan hecho más atrevida. George apretó su trasero y cerró los ojos un segundo.

—mierda...

—George... Llévame de aquí.— pidió intentando bajarlo para darle un beso.— por favor.

—vámonos.— la jalo con él, casi corriendo al auto.— sube, sube.— Amy lo abrazo.— nena... Por favor, quiero llegar a tu apartamento.

—un beso nada más...

—los que quieras.— la alzó de la cintura y atrapó sus labios abriendo la boca para darle acceso a su lengua. Sentía los pezones erectos de su chica en su abdomen alto, y vaya que lo calentaba.

Se sobresalto al sentir su cálida mano bajando.

—nena...

—¿No te gusta?— preguntó casi rozando su bulto. George soltó un suspiro por su boca y agarró su mano para que la apretara bien en su intimidad.

𝐒𝐢𝐧 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨- 𝐆𝐞𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora