34. de vuelta a casa.

1.2K 91 9
                                    


Por fin volvía a mi casa. Me sentía tan feliz de hacerlo. Extrañaba el hogar, el aromatizante de este y la comodidad que me entregaba.

A penas ví mi residencia por la ventana del auto sentí la alegría y tranquilidad. Papá me abrió la puerta de su auto y me baje con una sonrisa, es que me sentía tan bien y llena de energía. Al mirar la ventana de mi balcón alcance a ver una espalda de un chico y un globo. Sabía que me tendrían una bienvenida y me preguntaba quién estaba.

Subí las escaleras y al mirar hacia atrás ví a papá trayendo mi baúl con canastas y regalos que recibí por parte del callejón, amigos y Saray. Nada de George, claro. ¿Cómo le iba a creer algo si no fue capaz de intentar algo para verme? Es que era un idiota de primera y a la vez sentía que era mejor tenerlo lejos, que no se diera ni una mínima interacción entre los dos. No lo necesitaba, o al menos quería intentar que no lo hiciera porque sabía que me dolía, me dolía tanto su falta de preocupación. ¡Me decía nena! Y siempre sentí que sus caricias sinceras significaban lo mismo para los dos. Amor.

Al llegar al piso vi los globos de colores por todo el piso y paredes. Mi mesa de centro estaba llena de cosas para comer y al parecer habían muchas más canastas por toda la casa de vecinos y familia. Era importante para muchas personas especiales, y aunque lo desmerecía esto me preguntara por qué no era importante para él.

—¡Llegó!— Daniel hizo sonar una corneta y camino hasta mi para abrazarme.— aquí estás preciosa... Ay, que estoy feliz. Que hermosa te ves.— acaricio mi espalda y cerré los ojos.— me tenías tan preocupado, te lo juro.— se separó. Su mirada era de pura preocupación y antes de darme cuenta me estaba abrazando nuevamente. Me sentía mal por haber preocupado a tanta gente.

—ay amor, ¿Cuantas veces te he dicho que no aprietes fuerte a las personas? Amy viene del hospital, debe estar delicada.— Nathan apareció y cuando Daniel se separó me abrazo con suavidad. Acarició mi cabello con esa suavidad elegante que solo él lograba transmitir.— estoy feliz de que volvieras.

—y yo estoy muy feliz de verlos.—  tome sus manos.— muchas gracias por venir, en serio lo agradezco muchísimos. Son tan buenos amigos que...— trague duro mirando el piso. Me sentía realmente mal. Pase tanto enfocada en George y ahora en mi tristeza que no me había dado el tiempo de enfocarme en ellos. Nathan y Daniel eran los primeros que corrían cuando algo malo me ocurría y yo... No había hablado con ellos por mero egoísmo.

—linda no llores. Tú eres nuestra amiga, estábamos preocupados y lo único bueno es que ahora estés aquí.— asenti limpiando mis lágrimas. Empecé a buscar a mi amiga hasta que la ví. Me acerque hasta ella y hundi mi rostro en su cuello para solllozar.

—hey... Ya lo hablamos en el hospital, no eres mala.— acaricio mi cabello.— solo invertiste tiempo en alguien quien creías ser bueno y... Ahora lo vamos a recuperar, está bien.— se separó y limpio mis lágrimas.— ¿Estamos bien?

—lo estamos.— mire como Blaise se levantó haciendo una clara diferencia de estatura entre nosotras y él. Lucía nervioso, un poco incómodo.—hola.— rascó su nuca.— ¡Oh sí!— tomo una canasta que se veía... Cara. Tenía muchas botanas y manjares que la boca se me hacía agua.— Blaise Zabini, mierda, ya me conoces. Digo, no, no quise... No era un insulto para ti.— sus mejillas se veían rosadas y María se puso a su lado acariciando su espalda.

—relajate cariño.— María apoyo su cabeza en su brazo.— eran compañeros. Blaise es Amy, Amy es Blaise y listo.

—muchas gracias por la canasta Blaise.— sonreí y de curiosa fui canasta por canasta para revisar los nombres de las personas que me mandaron regalos.

𝐒𝐢𝐧 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨- 𝐆𝐞𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora