𝐒𝐢𝐧 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨- 𝐆𝐞𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]

41. exponiendo sentimientos.

George Weasley se había preparado durante toda la tarde. Le pidió el favor a Ron Weasley, su hermano, de que lo cubriera.

Le pidió ayuda a Lea con su vestimenta, también tomó algunos consejos de la chica y aún así se derretia de los nervios. Ya habían tenido su primera cita, y aún así el estómago se le revolvía, en realidad estaba aún más nervioso. Lea le dijo que si iba más formal quizás se vería más maduro, así que optó por una camisa blanca junto a un pantalón negro, ocupo un saco y no le gustó el resultado, así que se cambió a última hora de atuendo. Ocupo mucho perfume y antes de ir paso por unas flores.

Cuando se estacionó fuera de la peluquería... Su corazón latía rápido. Se bajó del auto y todo se sentía como un deja vu, así que tocó la puerta de la peluquería.

—¡Adiós María! ¡Recuerda enviarme cartas si no vuelves!— George sintió la voz de Amy y se paró con la espalda recta y puso el ramo frente a él.

—hola nena.

—hola.— su mano derecha llegó a su mejilla y se inclinó para besar su cara, casi la comisura de sus labios. George suspiro. Sintió tan lindo el gesto, tan tierno el beso que se sintió encantado.

—ten, para ti.— le entrego las flores y sonrió.— ¿Te gustan?

—ay George... Están hermosas.— aspiro su aroma y se sorprendió cuando él tomó su mano y le dió una vuelta. Al verlo nuevamente vio su gran sonrisa, cómo sus ojos estaban demasiado achinados por tanto sonreír.— gracias.

—te ves hermosa, completamente hermosa. ¿Quieres ir?

—si George, vamos.— se acerco al auto con su ramo y él le abrió la puerta, pronto rodeo el auto y se subió.— ¿Cómo te fue hoy? ¿Estuviste muy agotado?— se apoyo ligeramente en él, rozando sus brazos.

—oh, yo... No mucho la verdad. ¿Cómo has estado tú con el trabajo? Parecias muy ocupada.— la miró de reojo, haciendo referencia a que no le escribió y ella ocupo eso de excusa.

—si, hace dos días lo estaba, tenía demasiado trabajo y ni una carta te pude escribir de tanto que tenía. Tuve que cortar una hoja de una libreta vieja y mandarte el mensaje.

Se dio tiempo de escribirle... Era tan linda, pensó George.

—lamento mucho que estés tan agotada nena, de seguro no has dormido lo suficiente.— ella confirmo tan solo suspirando y apoyándose en su hombro.

—no, pero eso no importa, porque hoy tengo una cita.— George se volteo impresionado.

—¿En serio lo consideras cita, nena? Creí que solo yo la tomaba como tal.— agarró su muslo.— wow...

—no te demoras en tomar confianza.— bromeó acariciando su mano. El tono coqueto, el jugueteo... George se sintió nervioso. Apretó su muslo sin saber si ella jugaba con él a propósito o él en serio estaba perdido en ella.

Tenía clara su respuesta.

—necesito hacer algo al bajarnos.

—¿Necesitas hacer algo? ¿Que necesitas hacer?

—besarte, eso necesito.

—esa es una propuesta muy indecente George.

—ay por favor... Hemos hecho cosas más indecentes.— recordó mordiendo su labio. Se estacionó al lado de un restaurant y la miró asustado.— espera, no. No quiero que creas que está cita es porque quiero coger nada más.