31. ¿A quien eligió?

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Comencé a despertar, siendo consciente de que Amy estaba en mi pecho. Su muslo estaba encima de mi, y casi la mitad de su cuerpo, su brazo lo tenía por mi pecho hasta mi hombro y si cara estaba casi en mi cuello.

No quería ser un desubicado, pero mi mano rodeaba su cintura y mi cuerpo se sentía deseoso de ella. Recordaba sus besos y más, y me sentía tan culpable por tener una erección palpitando por ella.

Saray va a llegar, no puedes hacer nada.

Agh, me dolía un demonio. La curva de sus caderas resaltaban, mi ropa se le veía tan bien y su cabello desordenado únicamente le daba un aire más sexy. Debería detener el deseo de despertarla, así que únicamente mire el techo. Está era probablemente la última vez que dormía a su lado, y eso me daba tanta tristeza que no quería levantarme.

Amy probablemente ni siquiera sabe que dormí con ella, ¡Vamos! ¡No sabía quien era! Di un gruñido de rabia. Me puse de pie y ordene la cama para que Saray no sospechara nada, era muy díficil engañar a una Ravenclaw. Camine a mi clóset y no demore en tomar ropa para ir a bañarme, intentaba hacerlo en silencio e ignorando a mi miembro que al parecer andaba muy animado por solo fantasias bobas.

La puerta se abrió y Saray se asomó. Casi me dió un infarto.

—hola mi amor.— sonrió entrando, era una sonrisa extraña pero acepte el beso de ella, intento hacerlo largo pero fingí estar distraído.— ¿Cómo dormiste?

—normal, ¿Y tú?

—te extrañe mucho.— me abrazo por la espalda y sus manos bajaron por mi abdomen.— uh... ¿Que tenemos por aquí?— susurró, notaba el tono juguetón de su voz y cerré los ojos con vergüenza de rechazarlas. Amy estaba acá, y eso no podía hacer que me sintiera más culpable e incómodo.— vamos...— iba a meter su mano y me aparte riendo nervioso.

—no... Aún no.— sonreí.— puede despertar, apenas se vaya no te salvas de mi.— bese sus labios y tome mi ropa.— estaré en el baño, si quieres puedes estar en la sala o ves que nadie entre.

—oh, pero-

—me baño rápido.— cerré la puerta del baño y suspire apoyándome en la puerta, ahora debía pensar que haría con Amy o que haría con Saray cuando Amy se fuera. ¡Agh! No sabía en qué momento llegué a esta situación.

[Amy Abbott]

Comencé a despertar de a poco, y el dolor de cabeza era horrible. Me sentía mareada, cómo si siguiera borracha y mi estómago me avisaba que quería devolver todo. Me sentía de la mierda, en pocas palabras.

Iba a llamar a María.

—María...— susurré con la ilusión de que estuviera al lado mío en mi cama. Me puse de espaldas y agarre mi cabeza como si de este modo dejara de dar vueltas.— carajo, mi cabeza...— me queje. Intenté abrur mis ojos, sin embargo la luz de la ventana no me dejaba.— ay no... ¿Que tomé?

—al parecer hasta el agua de los baños.— me sobresalte al escuchar una voz que no conocía. De la pura sorpresa me senté alejándome de ese extremo de la cama y abrí los ojos. ¿Por qué Saray estaba acá?— ¿Que haces tú aquí?— pregunté horrorizada. Ella rodó los ojos quitando la vista de su libro para mirarme obvia.

—yo te debería preguntar eso, ¿Que haces TÚ... En la habitación de mi novio?— pregunto molesta.

¿Habitación de...? ¿Que carajos? Mire alrededor dándome cuenta que efectivamente estaba en la habitación de George. ¿Cómo llegué aquí.

𝐒𝐢𝐧 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐞𝐫 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨- 𝐆𝐞𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora