Capítulo 23

1.1K 53 5
                                    

Hace una semana que los chicos y la mitad del club se fueron rumbo a su destino de negocios. Con Luca hablo cada día por llamada y nos podíamos llevar horas al teléfono. Me cuenta lo aburrido que está ahí y las ganas que tiene de volver, pero por alguna razón mi cabeza me dice que no es el aburrimiento el motivo por el cual quiere volver, sino más bien una personita que lo anda esperando aquí...

Cuando no estoy hablando con él, estoy con Roque, paseando por los jardines o en el taller ayudándolo con cosas simples. También paso tiempo con Eli, aguantando sus preguntas acerca de los chicos y si sabía cuándo volvería, pero por desgracia no podía calmar su corazón, pues yo tampoco sabía el tiempo que seguirían fuera.

Por otro lado, Eli ya empezaba a sentirse más cómoda en el club, relacionándose con las otras chicas. No me extrañaba en absoluto, pues desde el primer día que la conocí me demostró que tenía facilidad para relacionarse con las personas.

Yo en cambio no tenía esa habilidad, yo con estar con Eli y Roque ya me daba por satisfecha. No digo que no haya cruzado palabras con nadie, pero no mucho. De hecho, empezaba mis días yendo al taller con Roque, prefería pasar mis tardes hablando con Roque, el cual me contaba datos curiosos, como lo malo que es fumar y las porquerías que contienen; o cuando me cuenta sobre lo mucho que ama a los animales y que cuando vivía con sus padres, acogía a animales abandonados y los llevaba a su campo; o que le encanta hacer excursiones, siendo que cuando me contó eso, no pude evitar planear una para hoy mismo.

Con respecto al tema de Leo, el hermano de Nadir, no volví a preguntar sobre el asunto, pues a pesar de que me moría por saber, soy consciente de que es algo trágico, a la vez que personal.

Aunque hay algo que sigue rondando por mi cabeza, a pesar de que intento no hacer caso a ese recuerdo. Cuando discutí con Roxy, ella me dijo que no me acercara a Nadir e incluso me llegó a amenazar para que no lo hiciera. Si eran simplemente cuñados, ¿por qué me dijo eso? ¿Por qué me quería lejos de él? Por mi cabeza pasan muchas suposiciones, pero no quiero hacerles caso, no quiero que sean verdad...

— ¿Estás lista? —preguntó Eli, logrando que me sobresaltara del susto.

— Bajo en cinco minutos — respondí mientras metía las últimas cosas en la pequeña mochila.

Cuando se corrió la voz de que haríamos una excursión, algunos de los chicos del club quisieron apuntarse. Eso no fue algo que me molestara, de hecho lo vi hasta mejor, más que nada porque desde que el policía Enzo dijo que vieron a Paul cerca de aquí, no volví a sentirme segura.

Una vez lista y con la pequeña mochila llena de lo mínimo y necesario, me dirijo a la salida, que es donde se encontraban todos esperando.

— Ya estoy — avisé a los presentes.

— Joder, menos mal — se quejó uno, levantándose de donde estaba sentado. — Sí que tardáis las tías, llevamos un buen rato esperando.

— ¿De qué hablas? — me quejé, cruzándome de brazos. — Tampoco tardé tanto.

— Oye lindo, no metas a todas en el mismo saco — dijo Eli, cruzándose también de brazos. — En todo caso es Fabi la tardona — alegó y de inmediato giré a mirarla, haciéndome la ofendida.

— Que no tardé tanto — repetí en mi defensa. — Más bien son ustedes los quejicas.

Nuestra conversación parecía divertir a los demás, pues mientras yo recibía las quejas por mi tardanza, los demás simplemente reían y observaban.

— Tardon... — el chico iba a seguir pero lo interrumpí.

— Dejen de llorar y mejor comencemos nuestra excursión — terminé de decir, escuchando tras de mí una risita que ya se me hacía conocida.

Falsas Verdades (TERMINADA)Where stories live. Discover now