Falsas Verdades (TERMINADA)

Capítulo 49

NARRA FABI

Estaba en un proceso de trance en lo que únicamente podía llorar. Por un momento llegué a pensar que por fin el infierno se había apagado, pero no fue así, solo se estaba preparando para arder con más intensidad.

Solo quería ser feliz, ¿es eso mucho pedir?

No sé cuántas pastillas me tomé, tampoco sé qué hora es y menos era consciente de lo que pasaba a mí alrededor. Solo sabía que no quería hacerle frente a esta situación. No tenía las fuerzas.

Lo mejor era no pensar, porque cuando lo hacía solo pensaba en llamar a Paul. Era capaz de volver a él, incluso estaba dispuesta a dejarlo matarme a golpes, pero que pare ya. Los inocentes deben dejar de pagar por asuntos que no les llegan.

Mi pobre Nadir... ¿en qué momento llegué a pensar que podríamos ser felices si nada estaba bien?

Salí de la habitación en busca de alguien, si me quedaba más tiempo sola iba a volverme loca. También necesitaba hablar con Luca, que me diga que ya había encontrado a Nadir y que pronto estaría aquí.

En la planta baja no encontré a nadie, por lo que los fui a buscar en la casa grupal, y efectivamente ahí se encontraban todos reunidos.

Al notar mi presencia, Luca dejó de hablar y el resto de atenderlo. Todas las miradas estaban puestas en mí pero no me importó, solamente caminé hasta llegar frente a Luca.

— ¿Cuál es el plan? — pregunté incluyéndome en el plan.

— Tu no estas incluida en esto, asique vuelve a la habitación —se atrevió a decir Luca.

Demasiado tiempo hemos perdido como para dejarlo decidir en si puedo participar o no.

— No me dejarás de lado — intenté tomar asiento, pero me lo impidió.

— Ven conmigo —dijo, sujetando mi brazo.

— ¡NO ME TOQUES! — grité alejándome de él. — ¡SE TRATA DE NADIR!

— Fabiola, solo ven conmigo un momento — pidió manteniéndose sereno.

¿Cómo es posible que no entienda la situación en la que estamos? No quería hablar, quería actuar.

Finalmente salí de la casa, seguida de Luca. Juro que no quería escucharlo, pero no voy a dejarlo que me haga de lado. Bastante que no dije nada porque el desgraciado no me llamó para presenciar la reunión.

— ¿Te das cuenta del ridículo que hacer al presentarte dando gritos?

— ¡QUE TE JODAN! —solté con rabia. — ¿Te das cuenta de lo traidor que eres? No puedes simplemente hacerme de lado.

— ¡No estás estable! —alegó de forma estúpida. Obvio que estaba mal, ¿pero quién no lo estaría después de lo que pasó? ni siquiera él podía decir estar bien. — Todo lo que hago es por tu bien, nosotros traeremos a Nadir, tu solo no te preocupes de nada.

— No puedes pedirme esto... — nuevamente tenía las lágrimas amenazando con salir, entorpeciendo mi hablar.

— Vuelve a la habitación Fabiola.

Luca se giró con intensión de irse y yo, cansada de protestar sin resultado, me quedé parada en mi lugar.

— Me ofreció el chaleco —dije en apenas un susurro. Luca detuvo su paso y giró mirándome sorprendido.

— ¿Eso hizo? — parecía no creerlo, pero no lo culpaba pues en su momento yo tampoco me lo pude creer. — ¿Lo aceptaste?

— No... — negué tristemente. — No lo acepté.