Capítulo 28

1K 52 0
                                    

NARRA. FABIOLA

— Sácame de aquí —rogué por decimoquinta vez en el día.

— A penas puedes moverte, ni loco te sacaré de aquí hasta que estés totalmente recuperada, y hasta que el doctor así lo quiera — declaró Luca.

— Te juro que estoy perfectamente, pide mi alta por favor —seguí suplicando, uniendo mis manos, rogando porque aceptara.

— Vale, te sacaré de aquí —aceptó finalmente. — Pero antes, estira los brazos — pidió, mientras se cruzaba de brazos. Imbécil.

Sabía lo que pretendía, a pesar de que ya pasaron unas tres semanas, aún no podía moverme bien por el dolor y él lo sabía. Pero si para salir de aquí tenía que aguantar un poco más, pues aguantaba y ya.

Me obligué a hacer lo que me pedía, intentaba no hacerlo brusco para no lastimarme más, pero estaba segura que si iba despacio no tendría problema.

Con cuidado fui levantando el brazo derecho lo más que podía, y cuando empezaba a creer que aguantaría bien, sentí un repentino pinchazo atravesando mi costado, que llegaba hasta la punta de mi dedo, lo cual me provocó un fuerte grito de dolor.

— Duerme un poco —dijo Luca dándome la espalda, dirigiéndose a la salida.

— Luca...

— Iré a hablar con Enzo — ¿qué iba a hablar con ese tonto que no podía encontrar a un desgraciado que escapó hace tiempo?

— Sácame de aq... — ni me escuchó, simplemente se fue antes de que pudiera terminar de hablar. — Tonto.

Desde que pasó lo que pasó, Luca no dejaba que me levantara de la cama, tampoco podía moverme y si necesitaba algo, él mismo se encargaba. En el día se iba por dos horas al club, pero el resto del día lo pasaba aquí, incluso se quedaba en las noches haciéndome compañía.

El agente Enzo se hizo presente una vez se enteró de todo, por la denuncia que pusimos desde el hospital, y según aseguró, se quedará a mi lado hasta que encuentren... hasta que lo encuentren. Me alivió el saber que no hará público lo que pasó, todo quedará privado entre nosotros. Aun no pensé en que decir cuando vuelva al club con él acompañándome, pero ya lo pensaré más adelante.

Luca al enterarse de todo y saber que le oculté todo lo que Enzo me iba diciendo, no lo tomó muy bien, pero la verdad es que si pudiera se lo seguiría ocultando. No quiero que la rabia lo domine, ni que se obsesione con un problema que no es suyo.

A pesar de todo, a pesar del enfado y el coraje de Luca, le pedí que no contara nada. Era consciente de que Luca ya no quería callar más, él quería contárselo todo a los chicos del club, pensando que ellos podrían ayudarme, pero yo no pensaba lo mismo, por lo que le rogué para que guardara silencio y que respetase mi decisión.

Unos golpes en la puerta me devolvieron a la realidad y tras darle el paso, me alegró mucho ver a Ian. Hacía semanas que no hablaba con él e incluso llegué a creer que me ignoraba.

— Espero no molestar — dijo, mientras seguía con medio cuerpo fuera.

— ¿Cómo vas a molestar tú? — respondí, riendo levemente.

Una vez terminó de adentrarse a la habitación, mi sorpresa fue grande al verlo sosteniendo un gran ramo de flores.

— ¿Y esto? — pregunté recibiendo las flores.

— Bueno, pensé que te vendría bien un poco de naturaleza y como aun no puedes salir, pues a mí no me molesta traerte este ramo lleno de flores y hojas, y... es muy cutre ¿verdad? —preguntó achicando los ojos.

Falsas Verdades (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora