Capítulo 39

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NARRA FABIOLA

— ¿Cómo crees que se atrevió a eso? —preguntó Eli, en voz baja para que nadie pudiera oírla. — Quiero decir, él era de este club, ¿cómo pudo ser capaz?

En este momento me gustaría desactivar mi audición y no escucharla. No ha dejado de hablar desde que nos sentamos a esperar la llegada de los chicos, los cuales se reunieron para hablar del problema. Los demás andamos esperando que salieran para que nos dijeran algo, lo que fuera.

Enzo también estaba aquí, a mi lado. Desde que llegamos Nadir y yo de nuestra escapada, él no dijo ni una palabra. Después de la tardanza esperaba que por lo menos me regañara, pero nada, solo silencio.

— Es tan mala persona — dijo esta vez Roque, el cual se le notaba el coraje en su voz. — Un corazón tan malo como el suyo no merece todo el cariño que le dimos.

No negaré que me duele oír esas palabras dirigidas hacia Ian. Siempre lo vi como una bueno persona, un buen amigo... pero se ve que nuevamente me equivoqué juzgando.

Todos hablaban entre ellos, opinando de lo que hizo Ian. Yo en cambio era incapaz de opinar nada, pues realmente no quería creer lo que pasaba. ¿Por qué les costaba tanto a las personas ser buenas?

La falta de aire me hizo sentir la necesidad de salir corriendo de este lugar en busca de silencio, y eso mismo fue lo que hice.

Después del día tan mágico que pasé con Nadir, lo último que esperaba era llegar y encontrarme con tal problema. ¿Por qué costaba tanto pasar un día bien?

— Fabiola —la voz de Enzo me sobresaltó. Estaba tan metida en mis pensamientos que ni lo noté. — Hay que volver adentro.

Quería hablar, quería hablar porque no puedo aguantar más en silencio.

— Eres policía, se supone que tienes que estar vigilándolo todo ¡¿Cómo fue que pasó esto?!

— Mi trabajo es velar por tu bienestar, no vigilar lo que hacen todos los que viven aquí — se excusó.

— Si ese es tu trabajo, entonces dime donde carajo está Paul — exigí, casi al borde del llanto. — Creí que esto sería más fácil, pero ya creo imposible que lo encontréis.

— Estamos en ello Fabiol... — interrumpí las escusas que seguí soltando.

— Reforzaste la seguridad ¿y para qué? ¿Para decir que solo velas por mi bienestar?

— Entiende qu...

— No lo acepto... no quiero que me cuides si vas a permitir que a ellos les pase cualquier mierda —terminé diciendo antes de volver al interior de la casa.

Era egoísta decir que solo le interesaba el bien de una persona, sobre todo cuando estaba presenciaba todo lo malo que estaba pasando.

En el interior me encuentro con que Nadir y el resto ya estaban presentes, por lo que en silencio tomé asiento en el mismo lugar de antes.

Ver a Nadir me hacía recordar lo vulnerable que lo vi cuando se enteró de la traición. Cuando lo vi en ese estado solo quería abrazarlo y darle la seguridad que él siempre me daba.

En este momento era como si el Nadir recto y sereno hubiese cogido las riendas para dejarse ver como todo un verdadero presidente de club.

— Lo que nos pasó anoche nos afectó negativamente a todos, soy consciente de ellos —empezó diciendo Nadir.

— ¿Consciente de qué? —espetó uno enfadado. — Las cosas llevan tiempo estando como la mierda y tú como presidente tenías que hacerte cargo.

— Erick, cállate — dijo Luca interviniendo.

Falsas Verdades (TERMINADA)Where stories live. Discover now