Capítulo 53

611 28 0
                                    

NARRA FABI

Cuando escuché los gritos de Enzo con los chicos, agradecí tanto escándalo porque así nadie me prestaría atención si me voy ahora. Igualmente, después del inesperado ataque, algunos de los muchachos se ponían a rondar la zona.

Iba a ir con la moto que me regaló Nadir, la que era de Leo, pero obviamente no la iba a arrancar en la puerta porque me escucharían, por lo que la arrastré lo más alejado que pude, mientras rezaba con que siguieran discutiendo y no salieran antes de que me fuera.

Cuando por fin pude arrancar, me encaminé rápido a la dirección que me enviaron. No estaba segura que lo que estaba haciendo, tenía miedo, pero no podía arrepentirme.

Mi cabeza me traiciona preguntándome qué podría lograr si voy y me reencuentro nuevamente con Paul. Jamás pude enfrentarle, nunca tuve el valor de encararlo, ¿qué podría hacer o decir? Lo más seguro es que me paralice como tonta cuando lo vea.

A pesar de todo el miedo que tenía, no me detuve. Quizás tenía mil razones para darme la vuelta, pero tenía una razón más importante para seguir. Nadir.

No tenía nada planeado, pero quería intentarlo; intentar decirle a Paul lo miserable que es por haber arruinar mi vida.

Una parte de mi cabeza me pregunta por qué carajo no le avisé aunque sea a una persona, mientras que la otra parte me intenta convencer de que fue lo mejor, pues así podría corregir mi error de haber involucrado a personas inocentes en mis problemas con Paul.

Lo voy a alejar de ellos, así tenga que volver a mi infierno con él, lo haría por ellos.

Cuando me encontraba a unos metros del lugar, paré un momento para respirar. No quiero ir con miedo y empezar a temblar delante de Paul, pero aun así no sé si podría lograrlo, pues él causaba eso en mí.

Mi móvil empieza a sonar con el número de Eli, seguramente ya notaron mi ausencia, por eso mismo no contestaría. No había nada que decir.

Volví a arrancar la moto y continué hasta quedar junto el lugar donde se supone que estaban. Me encontraba frente un gran edificio en ruinas, el cual parecía que iba a desmoronarse en cualquier momento.

Me bajé de la moto y lo llamé. Al primer tono contestó.

— Me hiciste esperar mucho mi amor, pero no hay problema, pues lo bueno ya me llegó — estaba disfrutando, lo sé, pero no me importaba. Solo Nadir me importa.

— ¿Dónde estás?

— ¿Tantas ganas de verme mi amor? — lo odio tanto.

— Paul... ¿Dónde estás?

— ¿No te parece gracioso? He hecho muchas cosas para encontrarte, te seguí todo este tiempo, para ahora ser tu la que rogaba por verme — tenía tantas ganas de llorar e irme corriendo.

— Maldita sea, dime dónde estás — repetí por tercera vez, pero a diferencia de las otras veces, esta vez noté como mi voz estaba a punto de quebrarse.

— Sube — dijo por fin. — Pero esta vez te toca a ti encontrarme mi amor — dijo para después acabar colgando.

Las lágrimas empezaron a salir sin previo aviso. Tenía el mal presentimiento de que esto iba a acabar peor que mal.

Sequé mi rostro y empecé a subir por las escaleras, con cuidado de no pisar mal y caer, debido a toda la asquerosidad que había tirada.

Caminaba con miedo, esperando que en cualquier momento se me apareciera en mi camino y me empujara escaleras abajo. Me sentía en una pesadilla, como si me estuviera acercando a la muerte.

Falsas Verdades (TERMINADA)Where stories live. Discover now