La vida de Natasha Romanoff siempre se ha concentrado en cuidar de su hermana Yelena Belova, no hay nada que le importe más en la vida que eso, ella jamás ha pensando en tener hijos, no los quiere ni los desea pero... Tal vez algo pueda cambiar su p...
Tomé asiento en una de las bancas, mírando como las olas golpeaban con las rocas, la naturaleza es muy hermosa, me llevé a la boca el pedazo de chocolate que me faltaba por comer, saboree el sabor para sonreír al ver a un chico caer de su patineta, vivir a las orillas de Sokovia era hermoso, tenía playas hermosas, además de que podríamos ser libres aquí.
Mi nombre es Natasha Romanoff y mi hogar siempre ha sido Rusia pero lo abandoné cuando tuve la mayoría de edad y por ende peleé la custodia de mi hermana menor, Yelena Romanoff, ella solo es menor que yo por tres años pero nuestra última instancia en Rusia había sido un infierno, mi abuelo Iván me ayudó a conseguir la custodia de mi hermana para luego sacarnos de Rusia, él es un gran abuelo, salí de mis pensamientos cuando mi celular comenzó a sonar.
-¿Qué quieres enana?-. Pregunté al contestar la llamada de mi hermana.
-¿En donde estas? Necesito que me ayudes, tengo una pequeña emergencia-. Murmuró Yelena con voz ronca y eso hizo que me preocupara.
-¡¿Estás bien?! ¡¿Qué pasó?!-. Dije elevando la voz, llamando la atención de algunas personas a mi alrededor.
-¡Shu! Cállate, no hagas un escandolo hermana mayor... ¿Podrías volver al departamento? Solo, ven aquí, cállate Bishop ya le dije-. Escuché murmurar a mi hermana y de fondo la voz de Kate haciendo que me relajara.
-Bien, volveré, aunque tardaré unos quince minutos por qué es sábado y me vine a caminar, estoy cerca de la playa y no traje coche o motocicleta, así que sea lo que sea... Tendrás que esperar-. Le dije tomando mi refrescó junto con la envoltura de mi chocolate para levantarme y comenzar a caminar hacía el departamento.
-¡Gracias! Adiós-. Dijo mi hermana un tanto nerviosa.
¿En qué diablos se metieron estás dos? Digo... Las tres somos un desastre andante pero estás dos son peor que yo... ¿No? Me encogi de hombres y comencé a caminar más rápido, hoy no había mucho calor y eso era agradable, a mí me encanta más el frío pero se disfrutar del calor, en mi caminó a casa observé a mi alrededor, notando pequeños detalles que otras personas no notaban. No me llevo mucho volver al departamento, ingresé la llave para luego ingresar al departamento.
-¡¿Yelena?! ¡¿Kate?! ¿Dónde están?-. Grité para que me esucharan mientras las buscaba en la sala pero no estaban por ningún lado.
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-¡Acá arriba! ¡En nuestra habitación!-. Gritó la voz de Kate y yo sonreí para correr a las escaleras, subiendolas de dos en dos con rapidez.
Apresure mi paso por el pasillo pasando por el estudio de mi hermana y seguí hasta llegar a su habitación, tomé el pomo de la puerta e ingresé, pasando por el mini pasillo hasta llegar a su recámara aunque me detuve en seco al ver lo que mis ojos presenciaban, allí... En la cama se encontraban ambas, Kate estaba en ropa interior, una lencería negra muy bonita y sexy la verdad.
