La vida de Natasha Romanoff siempre se ha concentrado en cuidar de su hermana Yelena Belova, no hay nada que le importe más en la vida que eso, ella jamás ha pensando en tener hijos, no los quiere ni los desea pero... Tal vez algo pueda cambiar su p...
-Yo solo quiero saber quién escogió el pastel de boda-. Murmuró Pietro frunciendo el ceño.
-¿Qué tiene de malo el pastel? Es lindo-. Dijo Alisa con una sonrisa mirando el hermoso pastel con fondo negro y rosas como detalle de color lila, rosa, blanca y dorado.
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-Es solo que... Es negro y es una boda, ¿No se supone que debe ser blanco?-. Insinuó Pietro con un gesto hacia el pastel.
-Oye, el pastel y la boda debe ser como las novias quieran, además... Wanda dijo que Natasha quería todo negro y he visto imágenes en internet, se ve genial y elegante pero Wanda no quería así y ya sabes... Lo que quiere Wanda, Natasha se lo cumple y por eso nuestra querida rubia la dejo escojer el pastel aunque me encanta, lástima que tengamos que cortarlo-. Dijo Jean con una pequeña mueca y palmeando la espalda de Pietro.
-Si, tienes razón, en nuestra boda quiero un pastel azul y blanco-. Dijo Pietro con una sonrisa ladeada mírando a Alisa que lo miró sorprendida.
En otro lado del lugar se encontraba una de las novias, completamente nerviosa mientras estaba sentada en una silla enfrente del espejo mientras la maquillaban, Wanda se sentía demasiado nerviosa y solo esperaba que la ansiedad en Natasha no le jugará una mala pasada, tomó unas fuertes respiraciones escuchando todo el ruido detrás de ella, no podía evitar sentir que su corazón se sintiera como si saliera de su pecho cuando estaba apunto de casarse con el amor de su vida.
-¿Se puede?-. Preguntó Erik asomando la cabeza desde la puerta de entrada con una sonrisa.
-Papá-. Fue lo primero que dijo Wanda con voz ronca, Erik sonrió y entro mostrando su impecable traje, corbata gris y camisa blanca dándole una enorme sonrisa a su querida hija.
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-Hola mi niña, yo... Yo nunca pensé que llegaría este día, osea si se que llegaría pero no tan pronto, ¿Eres feliz? Por qué si quieres enciendo el coche y corres en el último momento, algo dramático pero te acompañaría-. Aseguró Erik con una risita acercándose a su amada hija que se levantó de su asiento.
