La vida de Natasha Romanoff siempre se ha concentrado en cuidar de su hermana Yelena Belova, no hay nada que le importe más en la vida que eso, ella jamás ha pensando en tener hijos, no los quiere ni los desea pero... Tal vez algo pueda cambiar su p...
-Odio la férula, ¿Cuándo me la quitan?-. Preguntó Natasha en el momento que bajo de la camioneta con mi ayuda y la senté en su silla de ruedas.
-Todavia no, solo llevas cinco días fuera con ella, aún falta, deja de comportarte como una niña-. Le dije agitando su cabellera y se cruzó de brazos mirándome mal.
-Que horrible caso el mío-. Murmuró y yo solté una risita, está loca, de verdad que si.
-¡Esto será super genial!-. Gritó Tommy bajando de la camioneta y colocandose su cachucha.
-Yo quiero ver pandas, ¿Hay pandas aquí?-. Preguntó Billy arrugando la nariz y yo lo pensé por un segundo.
-¿La verdad? No tengo la menor idea cariño, no había venido a un zoológico en años-. Le dije cerrando la puerta trasera después de sacar mi mochila.
-¿Cómo que no has venido? ¿A caso no los trajiste cuando eran más niños?-. Preguntó Natasha mirándome fijamente y yo me encogi de hombros.
-Pietro era el que le gustaba traerlos cuando tenían cuatro años pero después las cosas cambiaron y bueno... Les gustaron otras cosas y casi nunca pedían venir al zoológico-. Comenté y Natasha achicó los ojos.
-¡Tía Yelena y tía Kate ya están aquí!-. Gritó Billy con emoción señalado detrás de nosotras.
Giré mi cuerpo para poder ver hacía la dirección que mi hijo señalaba y ahí estaban las recién casadas, Kate llevaba puesto un pans oscuro con una blusa blanca de tirantes y tenis negros y Yelena... Bueno, de ella no podía ver qué llevaba puesto por qué aún tenía casi todo el cuerpo dentro del coche.
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-¿Mami? ¿Podemos empujar nosotros a mamá?-. Preguntó Tommy haciendo que volviera mi vista hacia él.
-No, Wanda... No dejes que pase eso, voy a morir antes de tiempo-. Dijo Natasha jalando de mi brazo y mirándome con terror fingido.
-¡No es cierto! No te matariamos, tal vez haya accidentes pero siempre son sin querer-. Aseguró Billy cruzandose de brazos y haciéndome reír.
-Nombre, eso me deja más tranquila-. Contestó mi novia cruzandose de brazos provocando que mi risa fuera más fuerte.
-¿Qué pasa familia? ¿No me van a saludar?-. Preguntó la voz ronca de Yelena haciendo que mis hijos corrieran abrazarla al igual que a Kate.
-Wanda, no dejes que esos cachorros me lleven, pueden matarme, acabo de sobrevivir-. Me aseguró Natasha en voz baja y yo reí acercándome para besar su frente.
-No seas miedosa, son tus cachorros, saben cuidarte bien-. Le dije para después robarle un beso.
-Claro, tan bien que dejaron caer un vaso de vidrio contra mi férula-. Murmuró Natasha cómo niña gruñona.
