La vida de Natasha Romanoff siempre se ha concentrado en cuidar de su hermana Yelena Belova, no hay nada que le importe más en la vida que eso, ella jamás ha pensando en tener hijos, no los quiere ni los desea pero... Tal vez algo pueda cambiar su p...
Limpié mis manos con el trapo para luego colocar ambas manos en mi cintura, la música sonaba bastante fuerte en el taller, arrugue la frente para después comenzar a tararear la canción, en algún punto tome una herramienta usándolo como micrófono, olvidando por completo lo que estaba haciendo.
-¡No! No seré a la que llames cuando todos se vayan y cuando la trates mal no desees que ella sea yo-. Canté a todo pulmón moviendo mi cabeza de lado a lado.
-Ahora que avancé, está claro que no pertenecemos, está es tu última canción. No desees que cuando ella se derrumbe o rompa tu corazón, sea más fácil el despedazar su mundo por qué he empezado acostumbrarme a recordar que terminamos hace tiempo... No quiero hacer esto honestamente, ¿Tú lo quieres? No sabíamos que era el amor en este entonces... -. Canté con una sonrisa en mi rostro, moviendo mi cuerpo y cabeza, dejándome llevar por la música.
-¿Quién te dejo?-. Preguntó una voz bastante varonil detrás de mi, provocando que dejaré de saltar y me detuviera, achique los ojos al notar a Steve que me miraba divertido mientras se limpiaba las manos, alguien le bajó a la música.
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-Lo cortaste en la mejor parte y no, nadie me dejo pero es buenísima la canción-. Le dije dándole un guiño, Steve se acercó besando mi frente.
-Eres mi mejor amiga loca-. Murmuró y yo golpeé su abdomen.
-Soy la única que te soporta además de James-. Le dije solo la verdad provocando que rodará los ojos.
-¿Ya vas a terminar con ese coche?-. Preguntó señalando mi coche y yo negué con la cabeza.
-Esta siendo más complicado de lo que pensaba, ¿Cómo vas con la motocicleta?-. Dije señalando una hermosa motocicleta roja al otro lado del taller.
-Necesitare otras refacciones pero el hombre dijo que no estimara gastos, esa gente lo dice demasiado fácil... Yo aduras penas puedo mantener mi motocicleta-. Murmuró y yo alcé mi ceja derecha.
-Que exagerado eres, bien que tienes un lindo departamento donde llevas chicas lindas, tampoco eres tan pobre, se feliz con lo que tienes y no pidas más, ahora cállate y déjame concentrar-. Contesté golpeando su musculoso brazo, alejándome de nuevo para mirar el motor que estaba arreglando.
Frunci el ceño mirándolo, ¿Qué demonios hizo el propietario para dejar el motor en este estado? ¿Por qué no cuidan sus coches? Gente mal educada, un coche es como tener un hijo... Bueno algo parecido por qué... Ya Natasha, concéntrate en lo que tienes que hacer, estaba por empezar a seguir mis ajustes cuando el celular en mi pantalón comenzó a vibrar, lo saque rápidamente para ver quién me estaba llamando, una sonrisa brotó en mi rostro al ver qué era Wanda.
-Hola guapa, ¿A que debo está maravillosa llamada?-. Dije con tono coqueto recargandome en el coche.
-Hola Natasha ¿Estás ocupada? Es que necesito un favor-. Dijo Wanda y yo arrugue la frente por qué se escuchaba un poco alterada.
