La vida de Natasha Romanoff siempre se ha concentrado en cuidar de su hermana Yelena Belova, no hay nada que le importe más en la vida que eso, ella jamás ha pensando en tener hijos, no los quiere ni los desea pero... Tal vez algo pueda cambiar su p...
-Nataska, despierta-. Escuché una voz muy sexy en mi oído y yo solo gruñi abrazando la almohada.
-No, déjame dormir-. Murmuré enterrando mi rostro en la almohada.
-¡Duermes demasiado! Además le prometiste algo a los niños y yo necesito que te vayas-. Habló Wanda dándome una nalgada y yo reí.
-¿Me estás corriendo?-. Pregunté girandome en la cama para verla con una sonrisa ladeada.
-Un poco si, día de chicas, ¿Lo olvidaste?-. Preguntó colocando sus manos en su cintura.
-Eso, correme para tener tu día de chicas, ya voy amorcito-. Murmuré con un quejido levantándome de la cama, aunque más bien fue pataleando.
-¡Sin hacer berrinche!-. Me dijo con cierta burla y yo solo agite mi mano en su dirección.
La escuché reír para luego salir de nuestra habitación, yo gruñi, yo no sé porque no dejan dormir a uno, las personas necesitamos al menos ocho horas para descansar pero necesito como unas doce y Wanda no me deja, eso me pasa por prometer cosas, fui al gran clóset que compartía con mi hermosa novia y comencé a buscar lo que me pondría, así que termine con un pantalón negro, una blusa de cuello alto negro y mi chaqueta verde con mis botines negros, corrí rápidamente para arreglarme.
También tendi la cama, me encanta la cama de Wanda, ¿Lo había dicho? Bueno, ahora es nuestra cama, es matrimonial, suavecita y parece que duermes en nubes, ¡Me encanta! Cuando estuvo todo listo y arreglado, fui al cuarto de baño para hacer mis necesidades, Wanda siempre qué despertaba lo primero que hacía era ir al baño hacer pipi, yo tardaba un poco más, me miré en el espejo del baño y al verme sonreí, si... Soy súper sexy, hermosa, toda una galana.
-¡Buenos días enanos!-. Grité con alegría cuando baje las escaleras y los encontré en la sala.
-¡Buenos días mamá!-. Gritó Tommy agitando su mano en mi dirección con una sonrisa.
-El mundo te dice hola estrellita-. Comentó mi Billy haciéndome reír con diversión.
-¿Dónde está su madre? ¿Ya tienen todo listo para irnos?-. Pregunté caminando a la cocina para hacer un sándwich de mani.
-¡Si! Llevamos ropa viejita para poder ensuciarnos, ya nos lavamos la boca, ya desayunamos y todo lo demás, ¿Verdad hermano?-. Dijo Tommy mirando a su hermano quién asintió con la cabeza con una enorme sonrisa en su rostro.
-Me alegro, solo desayuno, me lavo la boca y nos vamos, sigan viendo sus caricaturas, iré a ver a su madre-. Les dije cuando termine de preparar mi sándwich y fuí en busca de su sensual mamá.
Los niños no contestaron mi pregunta sobre dónde estaba Wanda, está mujer desaparece como si nada en su hogar, aunque últimamente se la pasa en su huerto, hace unas semanas que lo terminamos y Wanda estaba demasiado feliz, casi todo el tiempo se la pasaba ahí cuidando a sus plantitas, son lindas pero yo no tengo la menor idea de cómo cuidarlas y Wanda... Por raro que parezca sabía muchas cosas, además dice que su huerto tiene un valor sentimental mayor por qué lo construimos los niños, Kira y yo.
-Asi que aquí estás-. Dije cuando la encontré en el segundo piso sentada en una silla en el balcón, ella es sumamente hermosa aún cuando está pensando en algo.
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