Final

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Wanda Pov.

Lizzie me gruñó como si fuera un dinosaurio y eso ocasionó que riera fuertemente, mi niña saco su lado salvaje de su madre, su lado curiosa y de hacer tonterías, ya es normal en esta familia y la amo por eso.

-Vamos cariño, solo déjame ponerte los tenis-. Le dije tratando de atraparla pero ella corrió hacia la puerta, tratando de abrirla.

 Le dije tratando de atraparla pero ella corrió hacia la puerta, tratando de abrirla

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-¡Oh! Miren quien está aquí, la pequeña Lizzie dino-. Murmuró mi esposa con una sonrisa en cuanto abrió la puerta y noto a nuestra pequeña.

-¿No crees que le dará mucho calor con ese trajecito de dinosaurio que le pusiste?-. Le pregunté cruzándome de brazos.

-¿Crees que te dará calor amor?-. Preguntó Natasha observando a mi hija en sus brazos quién río.

-Lizzie no tener calo-. Aseguró muy sonriente agarrando el cabello de su madre.

-¿Ves? Aún si tiene calor le llevamos ropita, anda pequeña, has lo que sea que estás haciendo... Hola amorcito-. Dijo mi esposa acercándose a mi y colocando sus manos en mi cintura mientras mi hija huía.

-Hola amor, ¿Aún te duele?-. Le pregunté alzando mi dedo índice derecho para tocar el moretón en su mandíbula.

-Nop, ayer me dolía más pero... Me vengue-. Aseguró con un guiño y yo rode los ojos acariciando su nuca.

-Ahora mis tres amores tienen moretones, uno en la espalda, otro en el trasero y tú en la mandíbula, ¿Por qué no son madre e hijos normales?-. Le pregunté con tono burlón recordando como los tres llegaron quejándose de que uno lastimó al otro.

-Ser normal está sobrevalorado, además ellos empezaron, ellos querían esas pistolas de pintura y se lo merecían por tener buenas calificaciones, en esencia no fue mi culpa, deberías de ver a Kate, América y a Carol... Están más moreteadas que nososotros-. Aseguró con un pequeño puchero y yo aplaste sus cachetes por diversión.

-Locos, me encanta-. Le dije para acercarla a mi y darle un pequeño beso.

-Si vas a besarme, besame bien-. Gruñó como niña petulente y yo rode los ojos.

Rápidamente la atraje a mi para un beso lleno de amor que pronto subió de tono, los besos de mi Natasha eran espectaculares, eran una adicción y si sigue besándome así, terminaremos haciendo lo que hicimos anoche en el cuarto de baño, gemi apretando su nuca sintiendo como su lengua peleaba con la mía, jadee para alejarme de ella cuando me faltó la respiración.

-Okey... Si... Dios, debe ser delito la manera en que besas-. Le dije colocando mis manos en sus biceps y ella río.

-Delito eres tú, estás como para comerte-. Me dijo de una manera tan ronca y sexy que tuve que tragar en seco.

-Huy... No, deja de coquetearme por qué soy débil, anda... Debo colocarle sus tenis a mi hija y debemos apurarnos si no queremos llegar tarde-. Comenté con diversión empujandola hacia atrás y ella solo gruño para luego tomar mi mano y morder mi antebrazo.

¿Madrastra? (Scarletwidow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora