CAPÍTULO 15

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Cosas más difíciles hice en mi vida que explicar que mi hija no volvería a casa, de hecho, simplemente lo solté sin poder suavizar aquella bomba de relojería cuyo tic tac era más y más alto por segundos. Me quemaba guardar aquel secreto.

—Karma está muerta—Dije con los ojos puestos en los ventanales del salón que quedaba a espaldas de mi hijo. No podía mantener el contacto visual con ninguno de ellos porque entonces explotaría y no podría hacer lo que tenía que hacer.

El silencio fue terrorífico, tanto que no lo pensé dos veces y salí escopetada por la puerta sin ni siquiera cerrarla. No podía reaccionar coherentemente; deseaba correr, justo como Karma hacía cuando las cosas se ponían feas.

Pensar en ese detalle me hizo llorar desconsoladamente mientras mis piernas ponían rumbo a la jefatura de policía. Quería comprender lo que había sucedido en mi ausencia, ¿Cómo podía ser que algo tan terrible pasara cuando mis ojos no divisaban la seguridad de mi propio pueblo?

Todos se sorprendieron en cuanto abrí la puerta de golpe. El jefe del departamento de homicidios que estaba en el ala de crímenes violentos fue el que me dijo que debía de tomarme el día libre, o bien, la semana. Quise decirle que iba a investigar el caso, que nadie más que yo pondría entre rejas al culpable de que mi hija no volviera a casa.

Varios de mis compañeros quisieron impedirme el paso al despacho, incluso mi mano derecha Chase que fue el que acudió al trabajo de mi ex marido cuando él dio parte de la desaparición de Karma. Puse una mano frente su cara; no deseaba más sugerencias, estaba hasta el gorro de eso.

―Bridget, sabes que así no se resuelven las cosas por aquí.

― ¿Crees que ahora me quiero ceñir al protocolo que se debe seguir ante una investigación? No me hagas reír.

―Sabes perfectamente que no te darán el caso por tener una relación muy cercana a la víctima.

― ¡Y también sabéis que me voy a dejar la piel como ninguno de vosotros lo va a hacer en su puta maldita vida!¡No me quites eso, Chase, porque es lo único que me queda como compensación!

Le empujé con fuerza apartándolo así de mi camino. Estaba anocheciendo por lo que poco a poco, varios agentes se preparaban para comenzar con las patrullas nocturnas. No disponía de mucho tiempo antes de que Nathan se marchara de la comisaría y pudiera hablar con él.

Antes de entrar al despacho, una chica bastante joven estaba hablando con él. A juzgar por sus monosílabos y su aspecto tembloroso, probablemente se tratase de una nueva incorporación al cuerpo. La mano de Chase se puso en el picaporte, abriendo lentamente la puerta sin dejar de hablar con la joven que salía tímidamente del lugar. Aquello apestaba a exceso de poder y a intento de establecer su superioridad a alguien quien tenía muchísimo miedo y en un trabajo que, probablemente, fuera el primero en su vida. Sacudí la cabeza, intentando borrar la cara de asco con la que miraba a mi jefe, pero desgraciadamente no era ese tipo de persona.

Los ojos de Natham se posaron sobre mí, sonriéndome ligeramente. Dios, que tipo más desagradable.

―Oh querida Bridget, te presento a nuestra nueva incorporación. Te presento a Olivia, nuestra nueva agente en crímenes violentos. Ella será una de las encargadas en la investigación de Karma.

―Siempre y cuando yo esté al cargo―Le contesté. Aquello hizo que soltara una pequeña carcajada. Mis ojos barrían a ese tipo y a la joven que apenas podía deslizar su mirada de sus zapatos impolutos. Ese tipo se iba a aprovechar de su timidez y servicialidad.

―Lo siento agente Carpenter, pero está fuera del caso. Recuerde que ha sido su hija la que ha sido asesinada y, por ende, al guardar dirección directa con ella, no puede estar dentro de la investigación.

La vista de Olivia fue a parar a mi rostro; su sorpresa se tornó en una mueca de horror y disculpa. Comprendía sin necesidad de palabras, que ella me acompañaba en el sentimiento. No dudé en contraatacar.

― ¿Y pretendes que me olvide del ser que llevé nueve meses en mi útero, cuidando, protegiendo, amando y educando por quince años y no poner entre rejas al hijo de puta que ahora le ha quitado la capacidad de respirar? Querido jefe, si pretende que me quede al margen, es que no me conoce en lo más mínimo; soy un buitre, estoy acostumbrada a estar entre cadáveres y no todos se encuentran bajo tierra. Algunos aun caminan y esos son los que más me importan.

―Agente Collins, se me olvidó mencionar que nuestra agente de oro tiene un pico de ese mismo material. Tremebundas novelas que escribiría si así lo deseara.

De una patada en el estómago, hice que entrara de golpe a su despacho, cayendo al suelo y cerrando con llave tras de mí. Estaba harta de seguir bailándole el agua a un cabrón que se merecía ser destituido y denunciado por acoso sexual. Y jugué a esa baza porque ya estaba cansada de aguantarlo.

―Nathan, ¿Te olvidas de tu pequeño desliz que yo misma sé? ¿Te refresco la memoria o prefieres que dejemos las cosas así?

―Agente...agente Carpenter, por favor...no se sulfure por algo de tanto tiempo...

― ¿Un intento de violación durante la redada de un prostíbulo es precisamente una estupidez para usted? ¿Sabe que interrogué a la chica y me hizo prometer que no le diría a nadie de la policía lo que usted le hizo?

―Oh vamos Bridget, no saquemos trapos sucios. Dime qué es lo que quiere y todo solucionado―Dijo con su rostro lívido de la impresión. Le puse un pie sobre el pecho, retorciéndolo mientras que me acercaba al cuello para aplastarlo bajo mi suela. Si pudiera, lo destrozaría.

―Tengo los informes médicos y las muestras de semen de la chica, si me da la real gana, puedo destrozarle la vida. Por el momento, voy a respetar la petición de la chica porque no merece vivir con miedo por gente asquerosa como usted, pero algo sí que le voy a exigir.

―Soy todo oídos.

―En este caso, yo seré la que orqueste toda la investigación y todo flujo de información recabada pasará por mi filtro. No habrá cobertura de prensa en ningún momento y, si incumple alguno de mis puntos, cantaré como si estuviera en La Traviata.

―Queda...queda todo comprendido. La agente Collins irá con usted.

Asentí y le permití que se pusiera en pie. Con paso firme y decidido, salí del despacho con la sensación de la pequeña victoria que había conseguido. Olivia seguía allí como un pasmarote a la espera de una nueva orden. Cuando pudo recuperar el aliento, Nathan llamó a varios agentes.

―Vosotros iréis con la policía científica a la escena del crimen a recabar toda pista que encuentren acerca de la víctima. La agente Collins es nueva por lo que ruego tengan paciencia pues el primer caso siempre es el más complicado. Ah y la agente Carpenter será la jefa de investigación, por lo que todo será ordenado por ella.

Todos asintieron, pidiéndome que los acompañara en el furgón policial. Entre todos ellos, Chase salió de su oficina para unirse a todos nosotros, sorprendiéndose de mi presencia.

―Algún día tienes que decirme cómo puedes ser capaz de salirte con la suya y mangonear al jefe.

Sonreí ligeramente mientras que se formaba un gran revuelo. El comienzo de la investigación de un asesinato siempre era así; nervios, ansiedad y si la víctima era una niña, colectivamente todos se encontraban abatidos y dolidos. Era extraño como la edad cambiaba nuestra forma de actuar en el trabajo.

―Si te lo contara, se acabaría la magia, ¿No crees?

Y en el escenario, yo era la que tenía las cartas en la manga. Sería mi último caso antes de coronarme como la policía que vengó a su hija, como la temible hiena que despedazó a quien osó tocar a su cría.

¿Qué hice yo para merecer este infernum?#LIBRO 1Where stories live. Discover now