CAPÍTULO 24

6 1 0
                                    


Había perdido la cuenta de las veces que había mirado la pantalla de mi móvil para ver la hora o algún mensaje de Paul. Era un momento extraño, doloroso y angustioso; un cruel reflejo de lo que veía cuando los casos no acababan muy bien. Había veces en que las desapariciones eran, simplemente, disputas entre padre e hijos en los que ellos se escapaban de casa para darles un pequeño escarmiento. No era agradable ver sufrir a unos padres por causa de unos hijos descerebrados que creen que el mundo gira en su dirección, pero al menos, no tenía que ver como enterraban a un joven que tenía toda la vida por delante.

No es que tuviera que encargarme de asesinatos cada semana de mi vida desde que comencé el trabajo, pero los que cargaba a mi espalda me habían dejado una marca indeleble. En ocasiones me planteaba dejar todo ese mundo oscuro y frío para ser una simple ama de casa que cuida a sus pequeños, o quizá, ser una administrativa de la policía como mucho. Pero la cabra tira al monte, ya sabéis ese dicho.

Por mucho que deseara la paz, una vida así no estaba configurada para mí. Si me arrebataba yo misma mi naturaleza, ¿Qué sería de mi propio ser? No quedaría de mí ni mi sombra. Es cierto que cuando comienzas en un puesto como el mío, los compañeros te avisan de que ciertos individuos podrían tomarla con uno mismo o con su propia familia, pero jamás pensé que enterraría a una hija.

Ahora estaba en ese asiento de cuero desgastado, en el coche dónde la llevaba al colegio, el cual ella heredaría para conducirlo. Con él, ella practicaría para saber conducir y, con suerte si este bicho metálico aguantaba, llevarla a la facultad durante su periodo universitario. Ahora era testigo de mi dolor y a través de los cristales, veía llegar a muchos conocidos al edificio coronado como morgue.

Por el momento, no encontraba con la mirada a Paul o a Michael, pero sí a Chase, el cual me observaba de reojo no muy lejos del coche. Como siempre, su paciencia era ilimitada: estaba esperando a que me acercara para comenzar a hablar y darme el pésame.

―No puedo quedarme eternamente escondida aquí. Me necesitan―me dije mientras cerraba los ojos y respiraba hondo. Tenía la sensación que, por primera vez, la agente Carpenter y Bridget, se desvinculaban de mí por un segundo, dejando a la madre amorosa y rota por el dolor, en primera plana. Mi alter ego, la implacable agente, decidió que era hora de dormir un poco en lo más profundo de mis entrañas para que así mi cabeza pudiera descansar.

No me hice más de rogar; caminé hasta él prometiéndome que la charla no sería demasiado larga, ya que con quiénes tenía que hablar eran con Paul y Michael.

―Sabes que siempre puedes contar conmigo. No te obsesiones con el caso y, si ves que te supera, relega en mí. Yo meteré las narices donde sea con tal de dar con quién le hizo eso a Karma.

―Sabes que eso me corresponde a mí―le dije manteniendo mi mirada en la suya. Asintió leventeme; Chase es uno de los agentes más antiguos y con el que más relación había tenido hasta ahora. Conocía mis puntos débiles y cuando me hallaba en el límite. Suspiré ligeramente, agradeciendo en silencio su sugerencia.

Él se quedó silencioso en su puesto, observando todo con detenimiento ya que en los entierros en dónde suele aparecer el asesino en casi todos los casos de asesinato. Quizás era la maldita conciencia que no los dejan dormir o el ver con sus propios ojos que la víctima ya no podía contar la versión de sus hechos. También muchos eran para dar un aspecto de sentirlo de verdad para que la policía desviara la atención sobre su cabeza.

Antes de ingresar en el edificio, el ataúd estaba siendo llevado por mi hijo y mi ex marido además de algunos vecinos cercanos a nosotros. El dolor podía verse en cada rostro; todos los presentes parecíamos haber envejecido diez años. Le pedí a uno de ellos que me cediera el sitio pues me correspondía hacerlo. Con una reverencia y una sonrisa triste, me permitió colocarme el féretro sobre mi hombro.

¿Qué hice yo para merecer este infernum?#LIBRO 1Where stories live. Discover now