Invisible String (Eddie Munson) TERMINADA ✔️

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— Sé que quizá no es grato para ti hablar de esto—Eddie estaba en su cama acostado, Kit se había recostado a su lado, se miraban fijamente, no podían besarse, aquello era como romper una promesa sagrada, les faltaba hacer el juramento de sangre para que aquello sea imposible de romper, pero por ironías de la vida, el único fluido que compartían, era la saliva. Sus mejillas cambiaban de color al recordar eso— ¿Puedo saber qué es lo que ha pasado antes?— Eddie tragó saliva, le daba vergüenza  preguntar aquello, no quería parecer un intruso, o incomodarla con ese pasado que sabía volvía en sueños. 

Kit lo miró, los surcos nasogenianos de Eddie se marcaban más que el resto, y a ella le encantaba ver esos detalles, era como ver una película de forma personal, Eddie era su película preferida. Él tomó sus manos, sabían que los besos estaban prohibidos, pero no el tacto, de eso no habían hablado nada, no había un juramento que les tuviera prohibido el conocerse de forma táctil, y es que Eddie podría pedir que Kit bese sus manos y eso para él ya sería lo máximo.

—No tengo problemas—Kit tragó saliva, su corazón latía, pero al sentir el calor de Eddie parecía que no era tan tortuoso— Probablemente si te dijera que hasta los catorce era una chica normal, te reirías— Kit sonrió nerviosa.

— Eres normal, tonta— Eddie bromeó—Y bonita, muy bonita.

Kit agradecía esos toques de humor.

—Mi papá siempre tuvo problemas con el alcohol, y drogas y mujeres. Mi madre ha trabajado desde que tengo memoria, y pasaba muy poco tiempo en casa, ya sabes, es enfermera, sabes de esto—Kit soltó—Y creo que podía tolerar esa mierda, ya sabes, quizá vivía estresada por eso, por la convivencia, por la densidad que se respiraba día a día, pero mi vida se convirtió en una mierda cuando apareció Rory, el rubio con  cara de psicópata que viste el otro día.

Eddie lo recordó de inmediato, esos ojos que parecían comerse con la mirada a Kit.

—Desde que llegó a  vivir, comenzó a acosarme. Me hacía visitas nocturnas, recurrí a todo tipo de cosas para alejarlo de mí, ¿Crees que ahora puedo usar falda?— Kit rio, y Eddie sintió ganas de llorar, ¿Por qué algo así podía pasarle a una chica tan dulce?— Pensé por mucho tiempo que yo era la culpable. Se sentía asqueroso subir las escaleras con la falda de la escuela y ver cómo él se ponía debajo de la escalera para ver debajo de ella— Kit tragó saliva, sus ojos estaban rojos, posiblemente ese tema le hacía sentir débil en todo sentido, pero de cierta forma sentía que soltaba un poco de peso.

— No puedo creer que este tipo te hizo eso— Eddie acarició su mejilla—¿Alguna vez te hizo algo más?— Kit desvió su mirada.

—  He pegado tantas patadas a su entrepierna, que a veces creo que lo he dejado estéril, rezo para que haya pasado eso. Al principio no tenía la práctica y menos la valentía para enfrentarlo, una vez agarró mi trasero, y me callé, una vez me robó un beso, metió su lengua asquerosa, y pensé: Genial, quizá la jodida polera de Star Wars que estoy usando , lo ha tentado— Kit habló con ironía—Después de eso corrí a vomitar al baño— Eddie abrió sus ojos, no podía creerlo— Notaba mis cambios corporales, me lo hacía saber, me hacía comentarios al respecto, y no sabes lo sucia que me sentía. Con el tiempo logré tener novio, Matt, Rory logró separarnos, y okay, no era el mejor de los chicos, pero me hacía pensar en otras cosas, y no en Rory. 

— ¿Y tus padres?— Eddie preguntó con sus ojos al borde del llanto— Mierda Kit ¿Y tus padres?

— No le quise decir a mamá, ella lidiaba con papá— Kit soltó—Y papá...Nunca fue un tipo sensato, no le importaba nada, le dije y nunca  me creyó, según él, yo estaba provocando a Rory. Me sentí estúpida, decía...yo soy su hija, sangre de su sangre y prefiere creerle a su hermanastro. Fue en ese momento cuando sentí que probablemente mi vida estaba condenada a estar bajo las amenazas de Rory, y siempre con el miedo de que me violara mientras dormía. Una mañana mientras desayunábamos, vi el veneno para ratones. Pensarás que soy una loca— Kit hizo una pausa— Pensé en matarlo y en lo maravilloso que sería ver su cuerpo sin vida, blanco, llegaba a soñar con eso, pero cuando caí en la cuenta de lo que estaba llegando a pensar, dije, esto se acabó. Le conté a mamá y papá montó un show de eso, vendió la casa y se fue con su amante. Y ahora estoy acá.

Eddie tenía sus ojos abiertos como platos, Kit ya no tenía lágrimas para esa historia.

El chico sólo atinó a abrazarla fuerte, cuando la soltó la miró a los ojos fijamente, y besó sus manos que eran delgadas y pequeñas, Kit sólo se dejaba envolver por eso que tenían.

— ¿Por qué no llegaste antes a mi vida?— Eddie preguntó con melancolía— Debiste haber llegado a la escuela años atrás, hubiéramos chocado probablemente en el pasillo, tus cuadernos hubieran quedado en el piso y yo te los recogería, entonces nos miraríamos a los ojos y te aseguro que nosotros nos hubiéramos enamorado en ese preciso instante— El corazón de la chica comenzó a latir rápidamente.

Kit no pudo articular palabra alguna.

— Creo que estuvimos juntos en el momento equivocado— continuó Eddie— Mira...— De su bolsillo trasero sacó unas viejas polaroids— Las saqué del cuarto de mamá— Eddie le mostró las fotografías, estaban bebés en el campus de la universidad, Kit pelirroja como una zanahoria y Eddie con el pelo mucho más claro, con rizos. En otra foto salían los dos, ambos jugando con una pelota, en otra estaba sólo Eddie, todas las compañeras de su madre hacían de cuenta que besaban su carita suave y en otra Eddie salía junto a Kit, ella lloraba y él la abrazaba a la fuerza— Si quieres te las puedes quedar—Eddie habló, casi asumiendo que ellos tendrían que separarse en algún momento.

Kit lo miró con sus ojos brillantes, y se aferró más a él.

— Jamás había visto fotos de chiquita— Kit se emocionó—Papá quemó todo eso en un arranque de locura, cuando yo era nena—la chica soltó— Gracias Eddie, esto es lo más lindo que he visto , probablemente lo segundo más lindo que he visto.

— ¿Y lo primero?— Eddie preguntó con un brillo especial en sus ojos.

— Probablemente tú—respondió Kit. Eddie quería besarla, pero sabía que los acuerdos eran acuerdos, no podían  simplemente pasar por alto.

— ¿Sabías que se me hace demasiado complicado cumplir la promesa si me dices ese tipo de cosas?— Eddie besó su frente.

— ¿Quieres quedarte conmigo esta noche?— Kit preguntó desde la inocencia y Eddie lo sabía, jamás en su vida se aprovecharía de esa vulnerabilidad y desde ese rechazo natural a las muestras de cariño demasiado invasivas— Estamos solos, Mustaine puede dormir acá también. No creo que pueda dormir bien esta noche, guardo caramelos bajo mi cama, por si te da hambre en la noche— la chica sonrió y Eddie largó una leve carcajada.

Jamás en su vida había tenido una relación tan inocente con alguien.

— Me tienes sonriendo como un idiota, y es tu culpa Kit Anderson— Eddie tocó su nariz.