Eddie Munson vive con su madre, tiene amigos y una relación que lucha por salir a flote. De la noche a la mañana una madre y su hija, Kit, llegan a vivir bajo su techo. Kit carga con un mal pasado familiar , su padre es un alcohólico y drogadicto...
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—¿Iremos a ver a tu padre mañana ? —Eddie soltó en medio de la noche— Fui a verlo, él está realmente triste por ti, ni yo sabía qué pasaba contigo, y ahora que estamos juntos, me encantaría que fuéramos a verlo. Creo que Harry sí está cambiando, quizá podrías ir con él un tiempo.
—Sólo temo de estar con Rory, no quiero topármelo jamás en la vida.
—Pero tu mismo padre nos dijo que lo ha corrido—Eddie la abrazó—¿Por qué nos ha costado tanto amarnos? A veces creo que ni soy lo suficientemente bueno para ti y tú eres tan genial, y linda.
— Estás loco, eres la mejor persona que he conocido— Kit lo miró con una sonrisa dibujada , pero a la vez, era una sonrisa débil—¿Por cuánto tiempo te irás? — Kit preguntó cargada de tristeza, era como un perrito siendo abandonado en la carretera.
—Quizá días, o semanas, espero que sea poco tiempo—Eddie la miró con dulzura.
....
—Quiero que papá esté bien—kit iba nerviosa de camino a ver a su padre, era un domingo hermoso, soleado, los pajaritos se posaban en los árboles, y ella quería que el resto de los días sean exactamente como ese. El camino fue casi silencioso, pero en el buen sentido, adoraba permanecer en silencio junto a Eddie, contemplaba su perfil, y sus gestos de concentración que sólo a ella podían volverla loca. Eddie se había convertido en más que un simple chico con el cual se amaba, Eddie era su compañero de vida, su confidente, su mejor amigo, no eran sólo los besos, los abrazos, los chistes sucios que Eddie le contaba en el oído y que le hacían sonrojar. Eddie era parte de su vida, y es que a veces las personas mas importantes no deben llevar necesariamente nuestra sangre, puede ser alguien que jamás pensamos que aparecería en nuestro camino. Kit pensaba que entre ellos sí había un hilo dorado, brillante, que los unía, y que no importara realmente la distancia, o cómo ellos podrían encontrarse. Kit jamás se olvidaría de Eddie, tenía polaroids de él, tenía fotos, que de seguro jamás en la vida las eliminaría, y jamás negaría la importancia de esa persona.
De Eddie.
—Estará bien— Eddie le sonrió.
Se bajaron del carro del Eddie, se estacionó en la casa de siempre. Les llamó la atención de por qué la puerta estaba abierta, y Kit sólo entró y para su sorpresa estaba todo reluciente, Eddie iba tras ella, no era una casa pequeña, sino todo lo contrario, era grande, sólo estaba mal aprovechada. Harry la había comprado más barata de lo que era realmente, sólo esperaban que no hubieran fantasmas.Harry entró por la puerta trasera y los tomó de sorpresa, Kit se emocionó al ver a su padre bien vestido, afeitado, usaba una playera de Ozzy Osbourne, a Eddie le brillaron los ojos cuando la vio, a pesar de todo lo malo, Harry era un tipo cool, que no era malo sólo por querer serlo, necesitaba una verdadera motivación para cambiar y esa era probablemente Kit , la chica de sus ojos, que si más bien fue injusto con ella muchas veces, no dudaba a la hora de confesar cuánto la amaba.
