Eddie Munson vive con su madre, tiene amigos y una relación que lucha por salir a flote. De la noche a la mañana una madre y su hija, Kit, llegan a vivir bajo su techo. Kit carga con un mal pasado familiar , su padre es un alcohólico y drogadicto...
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El almuerzo familiar era más que incómodo y es que el distanciamiento era evidente, Kit apenas le decía algo a su mamá y Angela por su parte no hacía demasiado para lograr hacer que su hija tomara de mejor forma las cosas que por esos días pasaban.
—¿No piensas hablarme, verdad Kit? — Angela comía de forma apresurada, Liv la miró atenta, sabía que su amiga estaba sufriendo, pero también sabía que no estaba haciendo las cosas del todo bien.
—Creo que es algo que debemos hablar en privado, lo de ayer fue .... Sinceramente inesperado y además no entiendo qué es lo que pretendías haciendo eso.
Eddie miró a su madre, quien estaba igual que él.
—Bueno y cambiando abruptamente de tema— Liv miró a Eddie y después a Kit— ¿Ustedes dos no deben decir nada? ¿No tienen algo que contar, algún detalle entre ustedes? — La mujer hizo un gesto gracioso y Angela permaneció quieta al lado de su amiga.
—Oh, lo siento, en verdad íbamos a decirlo— Eddie se disculpó antes de tiempo.
—¿Y cómo ha pasado eso? —Liv miró a Kit—Me alegra que estén juntos, pero es mi deber saber qué hay en concreto, no les pido que me digan si son novios, pero vamos, son casi adultos...
—Oh mamá, no queremos entrar en detalles. Sólo confíen en nosotros, nada malo podría pasar entre Kit y yo— Eddie le regaló una sonrisa inocentona, como si él sólo quisiera a Kit para los abrazos, cuando la verdad no era así.
—Prometemos ser responsables—Kit miró a Liv, más no a su madre, quien se veía casi al borde del disgusto—Pero es un poco incómodo esta situación, no queremos una charla, pueden simplemente tomarnos en privado y ya.
— Y mamá, juro que respetaremos el techo de la casa—Eddie intentó ponerse serio, su madre asintió.
— Eso me parece bien— Liv sonrió—Pero bueno, si están solos en casa, tienen el pase— les guiñó el ojo, sólo con ganas de querer molestarlos y que se sonrojen.
— Oh, mamá...—Eddie hizo un gesto de disgusto y su mamá se largó a reír.
— Si tan sólo Mustaine pudiera hablar...— comentó la mujer.
...
La comida había terminado, la chica subió a su habitación,y tras ella estaba Angela, esperándola bajo el marco de la puerta, viéndola incluso con molestia, como si Kit hiciera eso sólo por intentar mandar sus planes por la borda.
—¿Es una broma lo de Eddie, verdad? —la mujer espetó, viéndola con sus ojos fríos. La verdad es que ninguna de las dos entendía cómo habían pasado de estar en un buen momento de madre e hija, a estar en un témpano de hielo. Angela creía que Kit sólo guardaba resentimientos para ella, cuando la verdad sólo le molestaba ese individualismo que afloraba por los poros de su madre. Lo que hacía doler el corazón de la chica era netamente el sentir de que su madre sólo esperaba que ella creciera un poco más y de esa forma poder ella seguir con su vida, mientras que Kit podía imaginar envejeciendo a su lado, cuidándole incluso en sus peores días, pero ellas dos, y entendía que su madre eventualmente encontraría el amor, era joven y bella, y no merecía sufrir por su padre alcohólico, que ya mucho les había hecho pasar. Sólo no esperaba una sorpresa como la de Roger Mott y su hija Katherine, Kit se sintió desnuda en aquella cena, y su madre no le entregó ropa.
