El freak de mi vida. +18

Capítulo 34. La Última Oportunidad.

El y yo terminamos recostados sobre mi cama, aun agitados, sus manos se encontraban aferradas a mi con fuerza, como si tuviera miedo de que me alejara de él. Sostuve su rostro con delicadeza para besarlo, sus ojos siempre me daban una mezcla de paz y felicidad descontrolada al mirarlos, no podía creer lo mucho que lo amaba. Las palabras no me eran suficientes para expresarlo, y me daba miedo pensar que él jamás entendería eso, tanto que podía llegar a pensar que sería capaz de engañarlo con alguien más.
Las horas pasaron así, ninguno de los dos podía hablar, pero tampoco nos queríamos soltar, la única forma de comunicación que existía en ese momento eran besos suaves y dulces, caricias delicadas y abrazos cálidos.

Los sonidos de una llave en la entrada principal nos hizo levantarnos rápidamente, papá estaba llegando, nos arreglamos las ropas y el cabello lo más rápido posible, salimos de mi habitación antes de que papá entrara y se hiciera de ideas...ideas que evidentemente no serían erradas.

Papá nos invitó a cenar fuera del departamento, los negocios iban bien, así que quería salir a celebrar y relajarse un momento con nosotros. Cenamos en un
Lugar algo alejado del departamento, papá quería conocer un poco la ciudad. Llegamos a una zona de casinos y grandes bares donde tocaban blues, algo que papá adora desde siempre.
El lugar era bastante tranquilo, la música amenizaba el lugar adecuadamente.

Eddie no había dicho nada desde que salimos, sólo cruzó un par de palabras con papá, pero su rostro se veía algo triste y seguía sin poder separarse de mi. Su mano se entrelazaba con la mía, y si le era posible me abrazaba por la cintura. Comenzaba a preocuparme, recordé los episodios que suele tener por las noches, que tal si ahora se sentía así...

En una oportunidad papá salió a responder una llamada del trabajo, y aproveché para interrogarlo.

___:qué pasa amor? Te encuentras bien?

Eddie:si... Todo está muy bien, porque lo preguntas?

___:casi no has dicho nada, no me molesta que estés junto a mi, pero te siento algo triste, podemos hablarlo si así lo quieres...

Eddie me miro con seriedad y respondió.

Eddie: se que no es el mejor momento, ni el lugar para decirte esto, pero... Estoy muy mal cariño... Tengo miedo de perderte, hoy me di cuenta de lo afortunado que soy... Siempre lo hago, pero hoy, al entrar a aquel restaurante, las miradas de muchos se fueron sobre ti, admiraban a la mujer más hermosa, y no pude creer como terminé con ella a mi lado, a veces no creo que puedas entender lo que realmente me haces sentir, me convertiste en tu maldito esclavo... Ya no puedo imaginar un día sin ti, sin tu risa, sin tus regaños, sin tu calor... Y eso me aterra, y no me eh disculpado de manera adecuada contigo por lo de hoy, y tampoco me estoy justificando con esto...

No podía responderle, mi corazón estaba como loco, ese chico podía convertirse de un momento a otro en un rebelde inmaduro que sólo quiere molestar a un alma sincera y llena de amor.
Tomé su mano entre las mías, y con la otra acaricie su melena alborotada, acercandolo para darle un beso.

___:Eddie, nunca serán suficientes las palabras para expresar mi amor hacia ti... Incluso mis caricias... Suena muy trillado, pero si pudieras entrar en mi corazón y en mi mente, tal vez sólo así podrías entender lo que eres para mí... Me estás volviendo loca, no puedo mirarte a los ojos sin sentir que mi alma se desprende de mi ser...

Eddie estaba mas tranquilo después de hablarlo, yo también lo estaba, la sinceridad de ambos nos tranquilizó y nos hizo confiar más el uno del otro, su semblante era diferente ahora, su felicidad se reflejaba en su mirada, y en su voz.

El último día en los ángeles fue muy tranquilo, íbamos a extrañar esa ciudad y los días que pasamos sólos ahí, pero nos prometimos volver, hicimos planes a futuro, conseguir una tocada para la banda, pasar unas vacaciones juntos, conocer más lugares divertidos, y entre sus locas ideas, conseguir un departamento para vivir juntos ahí...