Eddie es un chico de buena familia y un malcriado, y Grace busca trabajo por motivos personales. Llega a trabajar donde los Munson, y cuando cree que su vida va normal, Eddie lo cambia todo.
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— ¿No piensas venir?— Eddie hablaba desde el agua, con sus tatuajes negros y su cabello apegado a su cara y cuerpo.
— Pues no ando con ropa para bañarme— la chica soltó, estaba sentada en la orilla, Eddie la tomó de los pies y la acercó a la orilla, él se paró, quedando con las piernas de la chica a ambos lados de su cuerpo. El último disco de los Arctic Monkeys sonaba de fondo, no había nadie más que ellos en esa casa.
— ¿Cómo que no?— Eddie la miraba con picardía, jugueteaba con el borde de la falda de la chica— Yo veo que llevas algo de ropa debajo de esto— tocó su blusa.
—¿Planeas que me meta en ropa interior?— la chica preguntó divertida — ¿Para eso es que les has dado el día libre a las personas?— ella arqueó una ceja, Eddie se odiaba por ser tan evidente.
—Pues...— evitó el contacto visual, hasta que notó como Grace comenzó a desabrochar su blusa , él sonrió y ella se sentía tan fácil frente a él , se supone que era un trabajo, y ella sólo podía imaginar cómo Eddie se la cogía cuando cerraba sus ojos , ella dejó la blusa amarilla sobre una banca. Eddie se acercó a ella y desabotonó su falda, quitándosela y lanzándola lejos de donde estaban. Grace se metió al agua helada, era lo único que compensaba el calor interno que sentía. Eddie apegó su cuerpo al de ella. Acarició su rostro— ¿Qué pasa si te digo que quería que pasara esto?—Eddie tragó saliva, sus manos jugueteaban con el borde de sus bragas
— ¿Y qué pasa si te digo que quiero que pase realmente?— Ella susurró en sus labios y Eddie se apegó a ella, la besó de manera ardiente y ella gimió de tan sólo sentir su cuerpo contra el de ella. Eddie desabrochó su sujetador y lo lanzó incluso más lejos, la contempló por unos minutos, su cabello no alcanzaba a tapar sus pechos y ella los cubrió con sus manos, Eddie observaba cómo sus dos manos pequeñas no eran suficientes.
— No he dejado de pensar en esto desde anoche— Eddie susurró en su oído— Llegué a soñar con estar entre tus piernas— Eddie soltó en su oído— Siento que estoy perdiendo la cabeza.
— ¿En serio estabas esperando esto?— la chica preguntó en voz baja, con sus manos acarició sobre su short mojado. Eddie sólo sonrió de manera placentera.
— Sí Grace— Eddie besó el cuello de la chica— Recuerda que nada de lo que pase en esta casa sale — Eddie susurró en su oído— Puedes decirme las cosas más pervertidas y sólo quedarán en mi mente— Eddie volteó a Grace en la orilla y se ubicó detrás de ella, la chica parecía conocer aquello, arqueó su cuello hacia el hombro de Edward y él comenzó a acariciarla.
— Vamos a mi cuarto, no quiero cogerte acá, quiero que lo hagamos en mi cama— Eddie susurró en su oído, con sus dedos revolviéndose dentro de ella. Eddie le prestó esa playera de Dio que usaba y la tomó en brazos para conducirla finalmente a su cuarto. La dejó con delicadeza en su cama, Eddie pasó al baño antes, peinó su cabello y se miró al espejo, quería asegurarse de no tener nada extraño en la cara antes de, y por tonto que sonara aquello, estaba nervioso, para él era completamente revelador hacerlo con Grace, era una muestra de confianza por parte de ambos, y no sabía si era sólo sexo, o si quería disfrutarla de esa forma de manera permanente.
