Eddie es un chico de buena familia y un malcriado, y Grace busca trabajo por motivos personales. Llega a trabajar donde los Munson, y cuando cree que su vida va normal, Eddie lo cambia todo.
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Dos semanas después:
— No puedo creer que te haya seguido hasta acá— Amy estaba en el cuarto de su hermana.
— Fue raro— la chica resopló—Aidan está furioso conmigo— Grace soltó nerviosa.
— Es por lo de Eddie de seguro— la hermana de la chica hablaba con una sonrisa.
— Habla más despacio— Grace miró a su hermana — Te pueden escuchar.
— Sólo asume que lo dejaste por Eddie...
— Las cosas estaban mal desde antes— Grace confesó— Aidan ya no estaba siendo bueno para mí.
— Pero Eddie te dio el impulso que necesitabas—La chica soltó graciosa.
— Bueno, ¿Y no me vas a contar qué tal las cosas con Chris? — Grace miró a su hermana con complicidad.
— No estamos haciendo nada que tú no hagas con Eddie— su hermana respondió sin problemas de confesar sobre su vida amorosa— Y no vamos a entrar en detalles sobre lo que haces con él— las dos rieron.
...
Grace caminaba hasta la casa de los Munson, era día Lunes, una nueva semana, más trabajo y aquello lejos de ser agotador, era como ir donde tu mejor amigo a jugar todas las tardes, aunque los juegos entre Eddie y Grace eran diferentes.
La chica caminaba tranquilamente por las calles, era agradable la sombra de los árboles en pleno verano, refrescaba su caminata que parecía ser hacia el infierno con todos esos grados, iba escuchando música, por gusto había puesto Metallica, raro en ella, usual en Eddie, pero cuando cerraba sus ojos, a su mente llegaban las últimas noches, en la cama de Edward, acostados, con Nothing Else Matters, mirándose en silencio, acariciando sus rostros, sin jurarse nada, sólo besándose, como si supieran sólo hacer eso.
Un coche gris la sacó de ese estado fantasioso en el que sólo existía ella y Eddie Munson, era Connor, Elodie y Aidan. Pasaron por su lado, los tres la miraban con una sonrisa burlesca.
— Pero si acá tenemos a la reina de las putas—Soltó Connor. Aidan lo miraba con una sonrisa.
— Siempre sospeché que eras una perra— Elodie soltó, burlesca.
Grace caminaba derechamente, evitando que esas palabras pudieran entrar a su mente, pero era imposible, ella los evitaba a toda costa, no quería tan sólo perder el tiempo con ellos y sus miradas absurdas.
— ¿Es esto lo que quieres Grace? — Aidan soltaba.
— Déjala viejo, pues ha preferido montarse en el hijo de papi— soltó Connor, la miraba de pies a cabeza— Ya supimos todo este enredo Gracie— habló con sarcasmo— Te has metido con nuestro amigo y lo vas a pagar muy caro. No hay nada peor que un hombre con su orgullo dañado— El chico seguía hablando.
