Eddie es un chico de buena familia y un malcriado, y Grace busca trabajo por motivos personales. Llega a trabajar donde los Munson, y cuando cree que su vida va normal, Eddie lo cambia todo.
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—Quiero irme a casa— se separó de Eddie.
—Pero— el intentó retenerla— Quiero estar contigo.
— Lo sé, pero ...—el chico llegaba casi a temblar por la situación—No puedo quedarme acá, contigo, es extraño, no quiero volver a este lugar—Eddie cerró sus ojos y suspiró—Necesito irme a casa.
— Hablaré con mamá y va a escucharme—Eddie se aferró a ella— Ya no llores mi amor, no quiero que te atormentes por mamá. Ella es prejuiciosa, y no te conoce.
—Sólo quiero irme a casa— ella resopló—Quiero estar sola y caminar a casa— la chica suspiró.
— Pero Grace...no te quiero dejar sola— Eddie tomó su rostro.
—Sólo ve a tu casa, quizás deberías hablar con ella— la chica soltó y se pegó la media vuelta. Dejó a Eddie en la mitad de calle, los días ya no estaban tan calurosos como antes, el verano se iba, y Eddie con eso, sentía que lo que ellos tenían podía estar en peligro.
—Grace...— Eddie le habló desde lejos, ella se volteó— No olvides que te amo—Su corazón latía rápido, cuando se dio la media vuelta para volver a encontrarse con su casa enorme, pero a la vez tan vacía, sintió enojo, entró violentamente cruzando ese jardín de rosas, ignorando a Francis. Se encontró con su padre, estaban frente a frente.
— ¿Qué mierda ha hecho mamá? Grace se ha ido llorando—el hombre suspiró y se encogió de hombros, en su mirada había cansancio, estaba aburrido de soportar a Greta.
— Tu madre está en la oficina, ya no quiero hacer el intento de pensar en tu madre y todo lo que pasa por su mente—el hombre soltó y caminó hasta el patio, Ruth le llevó de inmediato un vaso con Whisky a las rocas. Eddie caminó con prepotencia donde su madre, abrió de golpe la puerta y allí se encontró con ella, Eddie la miró furioso, si hubiera tenido miles de pasteles se los lanzaba a la cara.
— ¿Qué le has dicho a Grace?— Eddie la apuntó, la mujer puso sus ojos en blanco.
—Basta Edward, no quiero un número—soltó la mujer—Le he dicho un par de cosas, nada tan terrible, no sé por qué tanta preocupación. Simplemente le he dejado en claro, que no es necesario que venga — la mujer soltó, quitándole importancia a lo que realmente pasaba.
— No puedo creer que seas así— Eddie soltó molesto— Grace se ha ido llorando ¿Cómo es que no quieres que me preocupe?
— Bueno, pues...yo que sé. Se ha molestado porque le dije que no me parecía lo de ustedes, que además tú volverías eventualmente con Gretchen, porque eso es lo que siempre pasa— Eddie suspiró y llevó sus manos a la cara.
— No puedo creerlo, ¡Estás loca!— le gritó.
—No me hablas en ese tono, sólo te hago un favor . Se ve que es una arribista, sólo quiere colgarse de tu apellido y del dinero que tienes— la mujer hablaba sin más.
