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—¿Te quedarás?—  el padre de la chica preguntó en la cena

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—¿Te quedarás?— el padre de la chica preguntó en la cena. Eddie estaba ahí, Grace era un papel, tenía la boca seca, estaba ojerosa, había sido una pésima noche, las cosas estaban realmente mal.

— Pues...— Eddie miró a Grace.

— Nosotros iremos a cenar— soltó la madre de Grace — Hace años no tenemos un tiempo a solas— la mujer tomó la mano de su esposo— Y bueno, nos quedaríamos más tranquilos si es que te quedas acá, ya sabes, por las niñas.

Amy miró divertida a Grace.

— Me parece una genial idea— Amy soltó con una sonrisa.

— Bueno— el chico tragó saliva— Claro, me quedo— tomó la mano de Grace.

...

Cuando terminaron de cenar se encerraron de inmediato en el cuarto de la chica, Grace se lanzó a la cama, tapó su cara con un cojín y comenzó a llorar, Eddie se sentó a su lado y acarició su cabeza.

— Todo se ido a la mierda, lo peor es que no sé qué demonios hacer— Grace soltaba, no paraba de pensar en eso día y noche, era una completa tortura aquella noticia— Debo hacer algo, no puedo simplemente quedarme llorando, es hora de actuar Eddie.

— ¿Actuar, a qué te refieres con eso?— Eddie preguntó, arqueando una ceja.

— Llegar a un plan, a una idea— La chica confesó— Este bebé lo arruina todo y lo sabes— Efectivamente lo arruinaba todo, era una piedra en el zapato, y ambos lo sabían.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?— Eddie miraba a la chica con detención, su corazón latía rápido.

— ¿Qué pasa?— preguntó ella, evitando ese contacto visual, que en esos momentos la aniquilaba.

— Si no fuera por lo de tu hermana...¿Tendrías este bebé?— Eddie preguntó, en el fondo, le causaba ternura imaginarse con un bebé en los brazos, pero no podía ignorar el deseo de Grace, al menos vivían en un estado donde abortar era legal, pero no por eso, no era complicado el hacerlo, sobre todo para Grace, que, dentro de sus planes, sí estaba el ser madre, probablemente no a los 21 y con un chico que no conocía hacía más de un año.

— Probablemente asumiría, no lo sé Eddie, es complicado, me causa dolor de estómago tan sólo pensar en eso— ella suspiró y él la tomó en sus brazos.

— Sabes que siempre voy a estar para ti— besó su frente— Pero necesito que aclares tu mente.

— ¿Y qué hay de la tuya?— ella preguntó mirando a sus ojos.

— Soy sólo un hombre, el cuerpo es tuyo, voy a respetar lo que tú decidas— La acarició— Te amo Grace.

— No quiero tener a este bebé— la chica soltó, Eddie sintió algo dentro de él , ella se aguantaba las ganas de llorar— Y no es por ti...o por esto— tocó su vientre— Es sólo que esto que vive dentro de mí, sólo son células, pero lo que está al otro lado de esta pared es mi hermana...si decido tenerlo, mi hermana se muere— Grace apenas podía articular las palabras. Aquello había sido por lejos la situación más complicada de su vida, las cosas ya no eran como en un cuento de hadas y eso era triste.

— Está bien, corazón— Eddie la abrazó con más fuerzas— Voy a estar contigo todo este tiempo, pero quiero que ahora duermas, te relajes, y dejes de atormentar tu cabeza con ese tipo de cosas— El tono de voz de Eddie, le hacía sentir segura, le daba tranquilidad, le hacía querer permanecer quieta e inmóvil en sus brazos— Sólo no tengas miedo, vamos a ver cómo salen las cosas.

...

Eran las cinco de la mañana, Grace estaba despierta, corrió al baño a vomitar, Eddie se despertó por los ruidos, caminó al baño y tomó su cabello mientras ella vomitaba, acariciaba su espalda y dejaba besos ahí.

— Ya, ya pasará, todo va a estar bien— Eddie susurraba a su oído— Todo va a estar bien— Eddie miraba su propio reflejo en el espejo, sentía que quizá había llegado su turno de madurar, de tomar decisiones importantes en su vida. Pensaba en Grace, y pensaba en eso que habían creado, que las cosas malas siempre llegan gratis, y no es que un bebé sea algo malo, Eddie no tenía nada en contra de los niños, le gustaban incluso, pero en el caso de Grace, tener un bebé en ese momento de su vida, significaba matar a su hermana, y eso era un problema real— Vamos a la cama— besó su frente y tomó su mano, le dio un vaso con agua y la abrazó.

— No sé qué sería de mí, si no estuviera contigo— Grace susurró en su pecho.

— Perdóname por todo esto que te he hecho pasar— Eddie se aferró más a ella, y sollozó— Nunca creí que algo así podría pasarnos— Ella negaba con su cabeza, tomó el rostro de Eddie entre sus manos— Esto no es tu culpa, esto sólo ha pasado y ya.

...

Al día siguiente Grace salió temprano junto a Eddie, él la invitó a caminar, a salir a distraerse después de aquella noche, otra noche más de lamentos. Estaban sentados frente al mar, cada uno con refresco, no hablaban demasiado, el silencio era comunicativo, telepáticamente se decían el miedo que tenían, lo aterrados que estaban frente a lo que se les venía. El móvil de la chica comenzó a sonar, era su madre.

— ¿Sí?— preguntó Grace.

— Grace, ¿Tienes tu laptop en tu cuarto? Dejé la mía en mi oficina, ¿Puedo revisar un correo que tenían que enviarme?— la mujer preguntaba serena a través de la línea telefónica.

— Claro, no hay problema— la chica soltó, sin más, y bloqueó su pantalla— Era mamá— miró a Eddie, él suspiró.

— ¿Te sientes un poco mejor?— la miró de reojo y ella se encogió de hombros, sin querer miró su vientre, sin indicios de una incipiente barriga, pero ella podía imaginarlo todo, y evitaba pensar en ella con un bebé en sus brazos.

— Sí— Asintió, pero Eddie sabía cómo es que ella se sentía, o al menos podía imaginarlo.

Su madre fue hasta el cuarto de Grace , abrió su laptop que descansaba en su escritorio, ingresó al correo electrónico, pero la cuenta de la chica estaba guardada en esa sesión, el último correo recibido era de la clínica donde iba a hacerse sus exámenes.

''Resultados exámenes de sangre''

Su madre sabía que estaba todo bajo control, pero la curiosidad por verlos le ganó, y no era por falta de confianza, era probablemente una cosa de madre. Pinchó el documento y comenzó a leer los exámenes de su hija, sus ojos se abrieron como platos cuando vio que los exámenes arrojaban un embarazo de más de un mes.

Llevó sus manos a la boca, y de inmediato pensó en Amy, y en que ahora, Grace no estaba capacitada para el trasplante de médula. La mujer palideció, fue hasta la cocina, donde pegó un grito ahogado, a esas horas estaba sola en casa.

Las cosas estaban en el peor punto.

Las cosas estaban en el peor punto

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Today was a fairytale (Eddie Munson) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora