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— No quiero sonar mal, pero necesito que te vayas, Gretchen— soltó Eddie

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— No quiero sonar mal, pero necesito que te vayas, Gretchen— soltó Eddie.

— ¿Es porque fastidié a tu nueva perrita en celo?— le preguntó de brazos cruzados. Eddie tomó el brazo de Gretchen, no fue bruto, pero necesitaba ponerla en su lugar.

— No le vuelvas a llamar así— Sus ojos marrones se hicieron más intensos aún.

— ¿En serio te importa Edward?— la chica preguntó con sarcasmo— ¿Desde cuánto te has interesado por otras que no sean yo?

— Desde que conocí a Grace, ahora quiero que te vayas. Entiende que no me interesa mamá y sus jodidas ideas de vieja loca. Lo nuestro sólo era coger y lo sabías, eras consciente de eso, así que ahora no vengas a espantar a Grace.

— Hablas como si realmente la quisieras, pero lo que no sabes que siempre vuelves a mí, yo soy la chica con la que vas a terminar, tu familia me quiere, tu madre me adora, no van a querer a esa muerta de hambre— Gretchen hablaba con una sonrisa.

— ¡Que te vayas!— soltó Eddie — ¿Qué parte es la que no entiendes?— Caminó con ella del brazo, pasó por el ventanal, los empleados veían cómo Eddie estaba de furioso, nadie se atrevía a decirle algo, cuando estaba molesto, todos le temían, y era raro, porque él nunca estaba tan molesto, sólo ocurría cuando tocaban algo que realmente quería, una vez pasó por una guitarra, una vez pasó por unos ositos de goma, y ahora pasaba por Grace. Eddie abrió la puerta principal y la echó.

— ¡Te vas a arrepentir, Edward Munson!— Gritaba la morena.

— Puedes irte a la mierda Gretchen— la apuntó— Yo no soy un jodido títere tuyo y de mamá, no pienso dejar que vengas acá y te creas la dueña de la casa— Le cerró la puerta de la casa .

Los empleados veían aquella escena, él fue por una playera a su cuarto, cuando salió, le habló a Francis.

— Las llaves del coche, las necesito— ordenó.

— Joven Edward— hablaba el hombre, con serenidad— Me temo que no puedo entregarle las llaves, está prohibido, recuerde que su madre...— Eddie no lo dejó terminar.

— No me importa esa señora, quiero las llaves, debo ir por Grace— soltó el chico, las empleadas abrieron los ojos, las sospechas estaban confirmadas. En la semana Alissa, una de las encargadas de hacer las camas, había escuchado gemidos provenientes del cuarto del chico, pero ninguna sabía con exactitud si estaba con Grace, y aquello parecía aclarar las dudas de lo que pasaba realmente. Francis tragó saliva, era uno de los tantos berrinches de Eddie, así que sólo cedió ante sus órdenes, el chico de inmediato sacó el coche y condujo buscándola con la mirada, viendo dónde ella podría estar, optó por tomar el camino a casa de Grace, y ahí la vio, caminando despacio por las calles calurosas de verano.

Manejaba a su lado, y ella lo vio.

— Grace...súbete por favor.

—¿Se ha ido esa idiota?— le preguntó.

Today was a fairytale (Eddie Munson) ✔️Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum