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— Eres un desastre, una vez que te recuperes, te quiero fuera de la casa— La mujer fue hasta el cuarto de Eddie— Esto es lo último que faltaba, que esa chica te amarre con un bebé— la mujer caminaba de un lugar a otro

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— Eres un desastre, una vez que te recuperes, te quiero fuera de la casa— La mujer fue hasta el cuarto de Eddie— Esto es lo último que faltaba, que esa chica te amarre con un bebé— la mujer caminaba de un lugar a otro.

—Es la decisión que he tomado— Eddie soltó sin más— No puedo creer que Gretchen no se haya aguantado el chisme. Le he dicho porque me aburrió, porque la manipulas y le haces creer que puedo quererla, cuando sabes que no es así.

—Eres un idiota Edward Munson, no puedo creer que hayas arruinado tu vida con esa maldita chica. Con suerte sabes cuidar de ti, ¿Cómo se supone que vas a cuidar de un bebé?

— Aprenderé, no lo sé—Eddie se paró de la cama— Ha sido decisión nuestra tenerlo.

—Pueden abortarlo—la mujer soltó— Tengo muchos médicos conocidos, podemos solucionar esto.

— ¡Ya tiene tres meses! escuché su corazón, es mi bebé— gritó Eddie — ¿Cómo puedes ser tan insensible? Realmente quiero a este hijo.

— Nunca será mi nieto—la mujer lo miró y dio un portazo. Eddie lanzó un vaso con agua, rompiéndolo en miles de pedazos.

— ¡Vieja de mierda!— le gritó cuando se halló sólo, realmente le dolía el rechazo de su madre a ese bebé.

...

Las manos de Edward acariciaban la barriga de Grace, estaban en el apartamento del chico. Grace ya tenía seis meses. Estaban en la cama, Eddie tocaba guitarra a su lado, le tocaba al bebé.

A la bebé, Maya.

Nothing else matters sonaba, él la tocaba para su bebé, Grace sonreía al verlo. Era día viernes por la noche, había salido del trabajo, pasó por Grace a su propia casa. No tenía una barriga muy grande, sabía que debía crecer más en los últimos tres meses que quedaban.

— Le gusta— la chica tocó— se movió—Eddie puso su mano en la barriga.

— Es como un Alien— abrió sus ojos, sorprendido por el movimiento y cómo es que algo podía tener vida dentro del cuerpo de la chica— Un Alien color rosa, y muy lindo.

— Estás loco— ella soltó en una risa—Mamá nos ha invitado al almorzar mañana.

— Claro, pensé que podíamos salir a comer, pero es mejor si estamos en tu casa— Eddie tomó sus manos.

— Hace ya tres meses que no ves a tu mamá ¿Estás bien, Eddie?— la chica lo miró a los ojos y él la abrazó.

— Me ha dicho claramente que ella no tendrá un nieto— Acarició nuevamente el vientre de la chica— Ustedes ahora son mi prioridad y lo sabes, mamá es una persona que no es capaz de amar a alguien más de lo que se ama a ella misma.—Grace sabía que Eddie deseaba profundamente que las cosas fueran distintas— Cambié Grace, ahora trabajo, y las tengo a ustedes, no necesito nada más— él susurró cerca de ella y besó sus labios.

Rainbow in the Dark sonaba de fondo.

— La música será compartida—Grace susurró en los labios de Eddie—Hasta que maya pueda escoger qué música escuchar.

— Tiene que escuchar música de verdad, o la desheredo— Eddie habló divertido—No le aceptaré ser fangirl de boybands—Grace lo miraba con una sonrisa.

— Debes dejarla ser— Ella tomó el rostro del chico— Sólo quiero que nazca, no puedo creer que dentro de tres meses seré una real pelota.

— No puedo creer que seré mamá junto a un metalero— soltó Grace— Eso jamás lo tuve en mis planes.

— Pues no soy cualquier metalero, soy Edward Munson—Eddie le sonrió nuevamente, para Grace tenía sonrisas infinitas.

Esa noche había tormenta, Eddie y Grace tenían jugueteos en la cama, cuidadosos claramente, la lluvia caía con fuerzas, él dejaba rastros de besos en su cuello y ella tenía sus manos aferradas a su cuello, eran felices con eso que tenían, con la música de fondo, con las guitarras de Eddie, con el té a media noche, con los antojos de Grace por el chocolate, con sonrisas, con Maya, estaban siendo una familia desde ya. Eddie le tenía guardadas un montón de playeras de bandas, y había tenido la gentileza de comprarle una de Taylor Swift.

El timbre sonó, no una, ni dos veces, sino seis.

Grace había ido al baño, Eddie quedó en la cama.

— ¿Quién diablos es a esta hora?— ella se asomó por la puerta y lo miró. Eddie se encogió de hombros.

— Descuida, yo voy— Eddie se puso la playera que estaba tirada en el piso del cuarto. Caminó hasta la puerta, seguían tocando el timbre con desesperación.

— Ya voy— gritó para que dejaran de tocarlo con insistencia. Eddie abrió y se llevó una gran sorpresa cuando vio a Gretchen en la puerta del apartamento de Eddie— ¿Qué diablos haces acá?— Eddie la miró con su rostro desfigurado.

— Vine a verte, te extrañaba Eddie. ¿Estás con Grace?— Gretchen tenía su cabello mojado. Entró sin preguntar.

— Gretchen, sal de acá. Estoy con Grace...y queremos estar solos—Eddie rascó su nuca por la incómoda visita, no la quería ahí.

— Pero yo sí quiero estar contigo Eddie...— Gretchen se acercó al chico, él pensaba que iba con intenciones de besarlo frente a Grace, pero antes de pensar en cómo esquivarla, sintió algo que atravesaba su cuerpo, abrió sus ojos con dolor, llevó sus manos a su aparente abdomen. Eddie pocas veces vestía con playeras blancas, pero ese día usaba una, tenía una gran mancha roja de sangre. Gretchen quedó en shock cuando entró en razón de lo que había hecho, soltó el chuchillo, dejándolo caer en el piso, ella sólo atinó a correr.

Eddie veía cómo la sangre no cesaba, caminó como pudo hasta la cama y se sentó ahí, esperando que Grace salga del baño. Ella sintió quejidos, caminó rápido hasta la habitación y lo vio ahí, pálido, con sus manos llenas de sangre al igual que su playera.

—¡Eddie!—gritó horrorizada.

...

Gretchen se subió al auto de la madre de Eddie, petrificada por lo que había hecho, tenía sus ojos llorosos.

— Dime que lo has hecho—la mujer soltó. Gretchen la miró con sus ojos rojos, al igual que su nariz, no podía comprender cómo es que había llegado a algo así, sólo por ser el perro faldero de Greta Munson. La chica asintió, pero la madre de Eddie pudo ver la mirada de terror de la chica.

—¿Qué pasa?— preguntó la mujer, nerviosa, Gretchen no estaba normal— Dime que ha sido directo en la panza— Gretchen negó llorando.

—Fue a Eddie— soltó temblando— No sé qué he hecho, lo vi ahí, y sólo lo hice porque lo amo—La chica sollozaba, mientras que el mundo de Greta se caía a pedazos.

—¡Eres una hija de puta! ¡Eres una tonta!— la mujer se bajó del auto, le gritó sin medirse, sin entender cómo es que Gretchen lo había arruinado todo, y encima ahora su hijo estaba en peligro.

—¡Eres una hija de puta! ¡Eres una tonta!— la mujer se bajó del auto, le gritó sin medirse, sin entender cómo es que Gretchen lo había arruinado todo, y encima ahora su hijo estaba en peligro

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Today was a fairytale (Eddie Munson) ✔️Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora