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Eran ya las diez de la noche y la lluvia amenazaba con caer en cualquier momento, estaban aún a unos kilómetros de la ciudad.

-¿No puedes ir más de prisa?

-Por eso no te dejo ir delante.

Izuku presionaba al rubio sin parar para que aumentara la velocidad, puesto que sólo le quedaba dos horas para ir a la librería. No había excusa para no recoger el pedido, no le había dicho a su madre donde realmente estaba, y si llegaba a casa con las manos vacías y ponía de excusa la distancia, se llevaría el regaño de su vida por mentir, y por ende no podría usar más a Bakugō para justificar salidas hasta altas horas de la noche.

-¿Por qué no usaste este atajo desde un inicio para ir a la montaña? Es mucho más rápido ir por aquí.

-Porque no quería.

Pasaron otros diez minutos.

-¿Puedes ir más rápido?

-¿Puedes callarte la puta boca?

Katsuki ya estaba nervioso, casi igual o tal vez más que Deku. Pisó el acelerador, aumentando la velocidad al máximo. Llegando en media hora a la dichosa librería y recogiendo el encargo ya pagado de la señora Midoriya.

Salió de allí viendo el cielo cada vez más rojo, ya se sentía el leve olor a lluvia y el aire fresco.

-Vamos.

-No, espera, piénsalo. No debe quedar mucho combustible en el auto, y pronto va a llover. Mejor yo uso el metro, me deja casi en la puerta de mi casa, tú ve a tu depa en el auto.

-Oh no, le dije a Inko que te llevaría.

-Ella entenderá, tranquilo. Vete. Además, necesito pensar un poco.

Lo pensó un tanto, hasta que decidió que le haría caso, después de todo tenía la razón. Se despidieron con un simple hasta luego y cada quién tomó su camino.

Pero Izuku tiene tan buena suerte que no traía consigo ni dinero ni su tarjeta de transporte, quedando varado y sin saber que hacer.

La lluvia comenzó a caer a borbotones, lo que complicó la situación notablemente.

-¡Deku! ¿Qué haces por aquí a esta hora? ¿Andas solo? ¡Ven, no te mojes!

-Eres sin duda alguna mi salvador, Kirishima-kun -le explicó su situación, por lo cual Eijirō decidió ayudarlo. Pero le pareció mejor idea llevarlo a su departamento, pues estaba más cerca.

Por otro lado, la suerte de Katsuki no era tan buena como la del pecoso, pues a menos de tres cuadras se quedó en efecto sin combustible.

...

-Hola chicos, ¿y Denki? -inquirió el teñido al ver a Sero y Mina juntos en la sala "conversando". Puso las llaves del auto sobre la mesa e invitó a Izuku a pasar, que permanecía en la entrada aún -Ashido, él es Izuku, Izuku, ella es Ashido.

-Soy Ashido -sonrió.

-Un placer, Ashido-san _hizo una pequeña reverencia.

-¿Tú eres el novio de Bakubro? Vaya, te imaginaba más salvaje, porque para domar a esa bestia hacen falta diez dardos tranquilizantes y ocho camisas de fuerza. -se levantó del regazo del pelinegro -¿Tienes hambre? Bueno, te doy algo para que te seques, en la cocina Blasty dejó comida hecha, es el único que sabe cocinar, lo mejor que puedo hacer es calentarla para ti.

-No gracias, no quiero molestar.

-¿Y Denki?

-Salió a por pan hace como una hora, de seguro se quedó en la tienda viendo algo y pues lo agarró la lluvia -respondió Hanta.

El Asesino De Mi Inocencia [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora