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-Déjalo ir, él no tiene nada que ver en esto -hizo énfasis en la palabra "nada".

-Oh sí, Katsuki, tiene mucho que ver en esto -resaltó el "mucho".

El rubio intentaba desatarse a toda costa, se movía de un lado a otro, tiraba de la cadena que le ataba a la pared y gritaba con desesperación. Parecía alguien con rabia intentando huir del agua. Sus ojos destellan ira, impotencia, asco, miedo.

Sabe que si de casualidad logra desatarse de allí, ese tipo estará muerto en segundos. No importa si no tiene armas, como si lo tiene que matar a mordidas y rasguños, lo hará.

Izuku seguía sin reaccionar, y el hombre pasaba sus manos tatuadas por su cuerpo con total descaro, tocando a su antojo y metiéndolas por debajo de su ropa.

-Te voy a matar, hijo de puta. Que lo sepas, te voy a desfigurar tanto el rostro que va a hacer falta una muestra de uña para identificarte, porque ni sangre te quedará.

-Si, ya te veo haciéndolo -le retó, poniendo esta vez su mano sobre el pelo del menor.

-Quita tus manos de él, trozo de mierda.

-Obligame.

-Te voy a dar una de golpes que te van a salir mocos rojos, ¿me oyes?

-Te oigo, el problema es que no te veo haciéndolo.

Bajo la mirada de Katsuki, le levantó la camisa a Izuku, palpando por todos lados y dando besos en su cintura y ombligo.

-¡Apartate de él, imbécil!

-¡Pero mira esto! No sé qué pensar... Dime, ¿es lampiño tu chico? ¿O acaso vino depiladito para la ocasión?

Un grito desgarrador salió de la garganta de Bakugō, comenzó a moverse con mayor intensidad. Le dolían las muñecas a causa de la fuerza que ejercía para liberarse. Su cara estaba toda roja de la furia.

Por dentro, lo único que agradecía era que Inko no estuviera allí, pero de igual manera le preocupaba, pues no sabía qué estaba sucediendo con ella. Hasta que su mente se aclaró un poco, y si Izuku estaba allí, estaban los demás. No cree que Deku sea tan Deku como para ir solo.

-¡Eijirō! ¡Eijirō! -alargó la "o" la última vez que le llamó, esa vez el volumen fue más alto -¡Eijirō! ¡Denki, Mina! ¡Sero!

-Nadie va a venir, bastardo, deja de gritar o vas a despertar al bebé.

-¡Mierda! ¡Eijirō!

-¡Te dije que no van a venir! A estas alturas tus amiguitos deben ser coladores ya, o quién sabe, unas duchas. Dime ¿tienes tripofobia? No creo que ver tanto agujero junto te agrade.

17:48

-Y tú, trozo de mierda, dime, ¿le tienes miedo al dentista? Porque después de esto se van a hacer amigos de tanta cita programada.

El hombre giró su rostro en busca de ver de dónde provenía esa voz, y es que desde la trampilla se veía el rostro sonriente de Denki. Sinceramente daba hasta miedo, tenía manchas de sangre en su mejilla, y claramente no era suya, pues no se veía herido.

El Asesino De Mi Inocencia [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora