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CAPÍTULO CON CONTENIDO SUBIDO DE TONO

Aemond alza su espada para detener el choque contra el acero del arma de Magaelle

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Aemond alza su espada para detener el choque contra el acero del arma de Magaelle.
En otro intento por atacarle Aemond crea una buena defensiva que deja a su oponente con la espada en el cuello.

Es un duelo amistoso en medio de la noche más Magaelle no puede evitar sentirse algo frustrada, apenas si ha podido dar pelea al rubio.

—Estas dudando, no temas hacerme daño —Insiste —Vuelve a intentar.

Sin decir una sola palabra la rubia vuelve a ponerse en posición para luchar, después de varios intentos está dispuesta a seguir lo que Aemond indica: No tener miedo a lastimarse.

Logra agacharse a tiempo cuando su contrincante lanza una ofensiva y le ataca por arriba aunque el rubio bloquea el ataque.
Magaelle va nuevamente por debajo, esta vez dispuesta a atacar y si Aemond no hubiese detenido el acero con su mano Magaelle le habría proporcionado un tajo en la pierna.

Pese a haber sido dañado Aemond sonríe con orgullo mientras se le acerca.

— ¿Así está mejor?

—Mucho mejor —Reconoce victorioso mientras hace girar su espada —Tu pequeño tamaño te da velocidad y destreza, tienes esa ventaja —Aemond le mira a los ojos, su corazón late con rapidez a causa del esfuerzo físico que ha valido la pena por que Magaelle ha aprendido una lección —Eres mucho mejor guerrera que muchos hombres que conozco, no dejes que el tamaño sea un determinante, úsalo a tu favor.

—Quiero intentarlo de nuevo —Insiste aunque él niega con la cabeza.

—Suficiente por hoy —Pasa su pulgar ensangrentado por sobre la mejilla de la joven.

Magaelle usa un paño extraído de su camisa rota para vendar la mano del joven mientras suspira.

—Daemon quiere volver a rocadragon pronto —Comenta apenada —No quiero regresar aun, me gusta este lugar.

—No vas a regresar a Rocadragon —Las palabras de Aemond suenan impetuosas, él no le mira —Voy a tomarte como esposa Magaelle —Decreta, y esta vez sus ojos se encuentran —Quiero poner fin a los murmullos en el castillo y cumplir con los deseos de mi padre —Su mano sana acaricia el cabello de la joven notablemente de menor estatura, sus miradas se mantienen altivas —Es lo que anhelo ahora mismo y si es lo que quieres también...

—Es lo que quiero Aemond —Sus ojos brillan a pesar de la oscuridad, el no puede evitar soltar un suspiro risueño antes de acercarse nuevamente a la joven y acariciar su mejilla.

Le mira un momento antes de acercar su rostro al de la princesa bastarda para plantar un suave beso en ellos.
El primer beso de la princesa.

—Soy un hombre afortunado —Susurra antes de tomarle ambas manos y besarlas —No todas las jóvenes tienen los pies en la tierra Elle, tu si.

—Normalmente las princesas creen que tienen solo un propósito de vida que es servir procreando... Eso les quita la capacidad de pensar en algo más —Explica —Pero no es su culpa, es el precio que pagan por llevar toda una vida en la corte.

—Por eso mismo soy afortunado —Magaelle puede reconocer una pequeña sonrisa en sus labios antes de que volviese a besarla —Esta noche no visitaremos la pocilga —Comenta tirando de su mano para comenzar a caminar —Esta noche dormiremos en mis aposentos.

Magaelle se permite dudar.
— ¿Estas seguro de eso?

—Si vamos a comprometernos nadie debería cuestionar nada.

Ella entrecierra los ojos pero termina por sonreír.
Le es divertido pasar el tiempo con Aemond más que con cualquiera, siente que estando con él puede ser ella misma.
Incluso si eso es malo.

De los aposentos del príncipe lo que más le llama la atención son los libros y las armas, pero termina por acercarse a lo primero donde encuentra infinidad de tomos sobre historia y filosofía.

—No pensé que podría interesarte la lectura —Comenta pasando su pequeña mano sobre los lomos de los libros acomodados perfectamente en orden alfabético.

Siente los pasos del príncipe acercarse detrás de ella.
—Es parte del aprendizaje de un hombre culto.

La voz de Aemond es grave, casi como un rugido, resulta seductora para cualquiera que se detenga a oírle durante un rato y el lo sabe.
Él pone una mano sobre el cinturón que sujeta la espada a la cintura de Magaelle y con un tirón del mismo cae al suelo con un ruido seco.
Cuando la princesa se gira para verle el ojo celeste de Aemond brilla con intensidad, aunque su rostro permanece inexpresivo su mirada transmite todo lo que Aemond quiere decir.

Magaelle lo besa sin vergüenza, le gusta el contacto con la boca de Aemond, aunque sus labios son resecos él sabe bien como utilízalos. A Magaelle le gusta como se siente pero no está dispuesta a conformarse solo con eso por lo que no pone resistencia cuando él le rodea la cintura con sus grandes manos.

Tampoco cuando tira de los cordones de su camisa y se detiene ante sus senos desnudos.

—No me haré con tu virtud —Susurra el hombre con voz ronca mientras besa suavemente el hombro desnudo de su mujer —No aún —Ronronea mientras va dejando un rastro de besos sobre su pecho —No hasta que me case contigo —Aemond sonríe y vuelve a sus labios —Pero deja que te complazca esta noche.

Magaelle deja caer la camisa al suelo y entre besos con pasos torpes avanzan hasta que ella se deja cae en la cama.

Aemond besa sus pechos pequeños con intensidad, su tacto es delicado y cuidadoso...
Al menos así era hasta que la princesa enredó los dedos en su cabello y tiro suavemente de ellos, el príncipe se vio obligado a mirarle con ferocidad y lo que encontró fue una mirada lujuriosa que le hizo soltar un suspiro.

Jugueteo y exploro el cuerpo de la princesa a su merced, por momentos no se molestaba en ser delicado, apretaba y mordisqueaba con ferocidad ya que eso parecía encender a Magaelle.
Aunque también había dedicado tiempo a mimarla como era debido, acariciaba su piel como si de seda se tratase, admiraba cada parte de su cuerpo el cual le parecía extraordinario, también le besaba habiéndole sentir seguridad y calor.

A Magaelle le encantaba, estaba frenética ante el contacto de sus cuerpos desnudos. Jadeaba deseando a Aemond más que nunca, pero él jugaba de forma interesante, al príncipe el excitaba que su futura prometida fuese viegen hasta el matrimonio aunque sus dedos se incendiaran ante el contacto con su piel.

La deseaba pero también tenía que cuidarla.

La deseaba pero también tenía que cuidarla

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Holuuu

Bueno es la primera vez que escribo una escena subida de tono así que ténganme paciencia jeje.

Subo otro capítulo por qué me entusiasmé con el amor que le están dando a la novela diosss, los amo.
Sigan así 🥹

Princesa Bastarda [Aemond Targaryen] Where stories live. Discover now