Princesa Bastarda [Aemond Targaryen]

12

Magaelle deshizo su peinado recogido para atrás una sutil trenza que le sujetaba los cabellos con firmeza, se despojó de sus ropas de seda y las reemplazó por la vestimenta de una criada, como siempre, por supuesto, llevaba una capa que le cubría el cabello platinado.
Con sábanas entre sus manos se deslizó por los pasillos intentando no ser vista por nadie, su plan se llevó a cabo perfectamente ya que pudo ingresar a los aposentos de Rhaenys Targaryen sin ser descubierta.

La anciana se encontraba tumbada en su cama como era de costumbre, a Magaelle le generó un revuelto en el estómago el verle así.
Los pajaritos del castillo susurraban que no se había movido de su lugar en una semana.

—Princesa —Anunció la joven acercándose lo cual llamó la atención de Rhaenys que estaba de espaldas.

— ¿Magaelle? —En cuánto la reina que nunca fue puso los ojos en ella la joven Targaryen se despojó de su capa dejándose ver.

—Si, soy yo.

—Es muy peligroso que vengas aquí sola —Advirtió la mujer poniéndose de pie, Magaelle no pareció inmutarse.

—Tengo mis aliados —Reconoce con firmeza, aquello alivia a Rhaenys, al menos por algunos momentos —Se como sacarte de aquí.

—Eso sería ponerte en peligro —Exhorta la mujer como si se hubiese vuelto loca —No podría acceder a una cosa semejante.

—Se como defenderme —Reitera acercándose a la mujer —Pero necesito que adviertas a nuestra familia —Su tono de voz se torna casi como un ruego.

Rhaenys frunce el ceño arrugado.
—Jamás te dejaría sola en este nido de serpiertes, ni a Meleys —Concreta —Tu padre me cortaría la cabeza.

Aunque la anciana reconoce la valentía de Magaelle también acepta que es una idea disparatada.

—Rhaenys... —Implora —Cargo en el vientre al hijo de Aemond Targaryen —Confieza aunque no sabe si esto es del todo cierto... Mas después de todas los días y noches de placer que han transcurrido desde su boda (siete en total), era una idea difícil el que no lo esté —La reina consorte juro mi protección —Testifica —
Pero debo mantenerme al margen por ahora.

Rhaenys le mira con lastima.
—Oh... Dulce niña... —Pronuncia mientras se acerca despacio —Has sido criada para todo menos para esto —Reconoce la mujer refiriéndose al hecho de ser madre.

La reina que nunca fue conoce a la perfección el modo en el que Daemon crío a su hija y está segura de que el príncipe canalla omitió esa parte en la vida de una mujer.

—Sabía que las cosas no serían fáciles para mi —Reconoce —Tienes que permanecer aquí hasta la próxima luna, en la coronación de Aegon es cuando pondré en marcha mi plan —Explica mirándole a los ojos y cerciorándose de que entendió —Y podrás irte con Meleys —Rhaenys suelta un suspiro poco convencido.