Princesa Bastarda [Aemond Targaryen]

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Nuevamente, y no es sorpresa para nadie, Aemond ha vuelto a salir rumbo a las tierras del rio por tercera vez en aquella misma luna.
Su esposa en cambio apenas puede sobrellevar las reuniones del consejo de guerra, el cuidado de los niños y el entrenamiento de los dragones, pero hace grandes esfuerzos por mantenerse al mando de todas las tareas que ha asumido.

Da gracias a los dioses cuando la reunión del consejo finaliza, la espalda baja comenzaba a dolerle y las piernas se le habían adormecido.

Aquella había sido asamblea de urgencia puesto que Aegon estaba siendo sofocado por los mercaderes a causa de que, sorpresivamente, las flotas de la serpiente marina habían cerrado la Bahía de Aguas Negras.
Magaelle, que ya había planteado de antemano esa posibilidad, había explicado su plan para romper el bloqueo de los Velaryon convocado a los rivales de Daemon en la orilla de Mar Angosto: El reino de las Tres Hijas. Al ser la única salida planteada que parecía tener raíces sólidas el consejo, avalado por el rey, puso en marcha a los cuervos.

—Deberías tomar un baño, luces agotada —Sugiere la reina viuda mientras apoya una mano sobre la espalda de la joven princesa quien suspira amargamente.

—Se hace tarde, los niños tienen que volver a Aguasmil antes del anochecer.

—Tu y los niños pueden dormir aquí esta noche —Propone —Así podré pasar tiempo con mis nietos mientras tu te relajas, al menos una noche.

La rubia mira levemente a la castaña quien tiene una mueca comprensiva en el rostro mientras que el resto de los participantes de la junta se dispersan.

—Gracias Alicent.

Ella le devuelve una cálida mueca y Magaelle emprende el camino hacia sus antiguos aposentos donde los niños se encuentran practicando el alto valirio aunque aquella era una clase bastante silenciosa si consideramos que Jaehaera apenas hablaba, las frases de Maelor eran inentendibles en cualquier idioma y que Luceryon solo podía chillar llamando a su madre.
Dos de las criadas llevaron a los niños al jardín mientras que otras tres preparaban la tina para Magaelle cuyo cansancio comenzaba a atormentarle.
Alicent tenía razón, aquella noche debía descansar en el castillo puesto que no era capaz de volver montando en dragón.

Una vez metida en la tina disfruta del agua caliente que envuelve su cuerpo desnudo, durante un rato se mantiene observando los nuevos tapices que adornan su habitación más no puede evitar que sus ojos vayan cerrándose de a poco, no lo evita, deja que el sueño le abunde al menos unos minutos.

—Así que crees que mi hermano te está engañando.
Ante aquella voz la joven abre los ojos de golpe e intenta cubrirse cerrándose sobre ella misma.

— ¡CIELOS DAERON! —Chilla — ¡Regresa luego!

—No quiero verte desnuda si eso es lo que te preocupa —La mirada del rubio es culta, se pasea por su cuarto observando los libros sin poner atención a la joven en la bañera.

— ¿Y entonces que es lo que quieres? —Magaelle aprovechando que él está distraído toma una capa colgada  y se la coloca sobre el cuerpo antes de salir del agua. 

—Nada en realidad —Suspira y toma asiento en una butaca, esta vez sin miedo de mirarle ya que se encuentra vestida —Supongo que alguien con quien hablar... Más allá de temas políticos —Se encoge de hombros, Magaelle se relaja y se sienta sobre la cama. Daeron le agrada, a veces parece más un niño, otras veces un adulto, pero siempre está dispuesto a ponerse a la altura de con quien esté hablando — ¿Por que crees que Aemond te engaña?

—Yo no creo eso —Miente con el ceño fruncido.

—Pues díselo a tu rostro.

— ¿Que tiene mi rostro?

—Manchas violetas bajo tus ojos y... ¿Veo una arruga? —Daeron entrecierra los ojos ante la cara de espanto de la joven —Dudo a que Aemond vaya a gustarle alguien que tiene una arruga —Ríe sarcástico mientras la joven pasa sus dedos por su cara —No es cierto —Admite —Te ves bien, solo algo cansada.

—Eso es por causa de los niños, requieren mucho tiempo —Intenta explicar, aunque ni ella misma se lo cree.

—Sabes bien que va más allá de los niños.

Ella apoya su mentón sobre su mano atenta a lo que él joven tiene para decir.
—La guerra es agotadora —Suelta la rubia siendo sarcástica.

—Eres una pésima mentirosa —Acusa.

—Y tu un pésimo acompañante —Aquello hace reír a Daeron.

La habitación se sume en silencio durante algunos segundos.

—Es una bruja —Admite él —Una bastarda también, de unos cuantos años más que tu —Relata, Magaelle siente cómo sus manos comienzan a sudar —Pero lo que piensas sobre Aemond sólo son tonterías.

Una bruja.
Era.
Una.
Bruja.

Su madre era una bruja en Lys, y que conste que no le agradaba hablar de ello.

— ¿Por que lo dices?

—Por que es verdad —Se encoge de hombros disfrutando de ver nerviosa a la princesa —Y por qué lo he visto —Sonríe triunfal —Él no está engañándote —Afirma —Tiene un trato con ella a cambio de protección.

— ¿Que? —Cuestiona con extrañeza.

—Lo que estás escuchando —Afirma como si fuese evidente —Teme que algo pueda sucederles a ti o a los niños, así que hizo un trato con una bruja para protegerles.

Magaelle no responde, aunque no le cree del todo una parte de ella decide confiar en lo que el joven está confesándole, es decir, ¿Por qué Daeron mentiría? Él había volado hacia las Tierras del Río en ciertas ocaciones por lo tanto se había cruzado con su hermano alguna que otra vez.

— ¿Guardarías un secreto? —Pregunta la joven con pena.

—Solo si puedo contárselo a Tessarion —Daeron sonríe divertido aunque no puede hacer que Magaelle haga lo mismo.

—Estoy encinta, de nuevo.

Buenas buenas,
¿Que tal les trae la vida?

Amo la relación que están teniendo Magaelle y Daeron literal.

ENCIMA ESTUVE ESCRIBIENDO UNOS CAPÍTULOS QUE AAAAAAAAAAAAAAA, LES JURO QUE VAN A MORIR DE AMOR.

Se los juro ¿Quieren que les adelante un poco en TikTok? 😏 (Youngmadeon_).

Asi que bueno GENTE YA CASI LLEGAMOS A LOS 100K dios SE PASAN. No puedo hacer más que agradecer todo el cariño.

Ya me puse en marcha con la próxima novela así que en breve ya la tenemos publicada 🤭.