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Rhaenyra tenía razón, Magaelle no iba a arremeter contra Meleys, la dragona roja

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Rhaenyra tenía razón, Magaelle no iba a arremeter contra Meleys, la dragona roja.

Al verle desplazándose en el cielo los tambores transmitieron la orden y los arqueros se apresuraron a tomar sus posiciones, segundos más tarde los arcos y las ballestas llenaron el aire de flechas y saetas cuya dirección era la misma.
Los escorpiones apuntaron y se prepararon para disparar sin piedad los dardos de hierro que eran similares a los que habían derribado a Meraxes en Dorne.

Aquello provocó, sin remedio, que Meleys recibiera al menos una veintena de impactos que la hicieron enfurecer más puesto que la dragona desató una ola de fuego a los caballeros quienes se abrazaron en sus sillas de montar mientras les ardía el pelo, la piel y los arreos de los cabellos, entre otras cosas.
Otros soldados soltaron las lanzas y se dispersaron, algunos se cubrían con los escudos pero ni el roble ni el hierro aguantaban el fuego dragón.

Aún así los caballeros tenían prohibido apuntar a la jinete, solo podían derribar al animal.
Como tenía previsto Rhaenyra, las intenciones de Magaelle eran dejar con vida a Rhaenys.

La princesa bastarda volvió a alzarse en vuelo sobre Azeroth ya que había pisado tierra cuando le vio aparecer sobre los aires. La joven y su dragón sobrevolaron sobre Meleys como advertencia, Magaelle esperaba que la reina que nunca fue se redimiese y terminará por huir, más aquello no saldría como la joven esperaba.

La dragona carmesí se alzó en vuelo a velocidades exhorbitantes y cual flecha comenzó a perseguir a Azeroth como si este fuese su blanco.
Por primera vez Magaelle sintió realmente el miedo colándose por su piel, aunque Meleys era notablemente mas pequeña que Azeroth era veloz y había comenzado a rasguñar a su dragón haciéndole perder el equilibrio en el aire.

Meleys cerró el paso por lo que Azeroth se vio obligado a descender su altura, pero la dragona no se detuvo en ese punto y volvió a intentar derribar al dragón de escamas naranjas.
Magaelle inhaló hondo varias veces más estaba segura de que su dragón saldría herido de todos modos, en el peor de los casos Meleys le mataría. Pero Magaelle no iba a dejar morir a su dragón si ella no moría con el.

Se aferró a su montura y dio varias vueltas intentando despertar al dragón rojo, pero parecía un caso perdido ya que Meleys volvía a arañar las alas de Azeroth cada vez que le alcanzaba.

Rhaenys volvió a querer arremeter contra el dragón la joven quien esta vez no huyó.
Más fue Aemond montado en Vhagar quien se interpuso en su camino haciendo retroceder a la anciana quien se vio rodeada también por Fuegosol, el dragón que montaba el rey Aegon.

Rhaenys no intentó huir, con un restallido de látigo encaró a Meleys con el enemigo y los dragones chocaron con violencia cuatrocientas varas por encima del campo de batalla.
Las bolas de fuego florecieron y estallaron con tanto resplandor que hubo quien juró que el cielo estaba plagado de soles.

Pese a que Aemond se encargó de rodear a Magaelle para que no se metiera en la lucha, Rhaenys no fue capaz de enfrentarse sola a Aegon y su esplendido dragón.

Los que se hallaban más cerca de los dragones no vivieron para contarlo, y quienes estaban más lejos no lograron ver nada a causa del fuego y el humo.

Al correr de las horas los únicos que aterrizaron de pienfueron Azeroth y Vhagar, descubrieron que Meleys había quedado destrozada por la caída y estaba esparcida en pedazos sobre el suelo.
En tanto Fuegosol, la bestia dorada, tenía un ala medio arrancada y su jinete se había roto las costillas y la cadera, por no hacer mención a que tenía miedo cuerpo quemado. Incluso la armadura había comenzado a fundirse con su carne.

Ni Aemond ni Magaelle se detuvieron a buscar el cadaver, probablemente incinerado, de Rhaenys.
Mientras que la princesa bastarda cargó a Aegon a lomos de su dragón para regresar a poniente, el príncipe Aemond y Ser Criston Cole tomaron Reposo del Grajo aniquilando a toda la guarnición.

Aquello sería recordada y reconocida como la primer conquista de Magaelle Targaryen.

Aunque no había querido asesinar a Rhaenys sabía que no saldría con vida cuando le vio arremeter contra su dragón. Magaelle le había advertido a Aemond acerca de aquello, quería luchar sola, quería morir como una verdadera jinete, pero en el fondo sabía que el príncipe tuerto tenía un plan bajo la manga, que no dejaría morir a su esposa aunque tuviese que morir él mismo para salvarla.

Magaelle sería aclamada por muchos y a partir de ese día su nombre comenzaría a aparecer en las páginas de los libros que los maestres escribían.
Ellos llamarían "El derrame de la sangre rebelde" al confrontamiento bélico que se desenvolvía entre ella y su progenitor.

 Ellos llamarían "El derrame de la sangre rebelde" al confrontamiento bélico que se desenvolvía entre ella y su progenitor

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Capítulito a las 11 de la noche por que es viernes y se quiere y se puede.

Wino nada, We Love You Rhaenys 🥹 y te vamos a extrañar pero teníamos que seguir con la línea temporal pues.

No se olviden de votar y comentar si les gusto, tampoco olviden pasarse por el TikTok para ver los edits (Youngmadeon_) y por mi otra novela Sunflower que se que la van a amar.

AHORA SI GRACIAS POR EL AMOR A LA NOVELA, los amo y nos vemos mañana!

Princesa Bastarda [Aemond Targaryen] Where stories live. Discover now