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A pesar de que el tiempo pasa a Magaelle aún le cuesta aceptar y acostumbrarse al hecho de que Lucerys Velaryion, el niño que se había convertido en su hermano en los últimos años, estaba muerto

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A pesar de que el tiempo pasa a Magaelle aún le cuesta aceptar y acostumbrarse al hecho de que Lucerys Velaryion, el niño que se había convertido en su hermano en los últimos años, estaba muerto.
Le dolía el pecho y sentía un vacío enorme al recordarle.

Después de todo era la primera pérdida cercana que Magaelle vivía puesto que no había conocido a su madre y la muerte de Laena Velaryion no le afectó de tal modo.
Le removía más las tripas que su muerte hubiese sido culpa de Aemond y su propio dragón, Azeroth a quien no veía desde hacía meses.

Intentaba no juzgarle, entender que era un dragón y que no podía controlar su temperamento por más Targaryen que fuese.
Comenzaba a creer fervientemente que su familia no estaba tan cerca de los dioses como decían y que el control sobre los dragones no era algo exclusivo.
Los dragones no se podían controlar.

La rubia apenas hablaba con Aemond quien cada vez pasaba más y más tiempo con su retoño de ojos heterocromaticos.

Ambos habían quedado envueltos en la sentencia.
Magaelle había tomado el cargo por su dragón mientras que Aemond la falta de responsabilidad al iniciar una persecución que no terminaría en buenos términos.
Pero los pasillos susurraban y su reputación se vio manchada de todos modos, muchos les llamaban conspiradores. Creían fervientemente que había sido algo que había sido crudamente planeado por aquella pareja volátil.
Se basaban únicamente en el temperamento que ambos presentaban y el la sed de venganza que Aemond poseía después de lo que sucedió con su ojo perdido.

Incluso Alicent Hightower dudaba, en secreto, de la veracidad de los hechos siendo la propia madre del príncipe comprometido.
Habrían sido juzgados de no ser por la "benevolencia" del rey usurpador quien les despojó de cargos inmediatamente a él y a su esposa, castigando únicamente a Azeroth quien sería sacrificado en penitencia al cometido.

Mientras Magaelle se alejaba cada vez más de los dragones, Aemond pasaba mucho más tiempo cerca de ellos. Usualmente se le podía encontrar sobrevolando los cielos de poniente con su bebé en brazos a fin de crear una conexión dragón-jinete desde nacimiento.

El príncipe tuerto se encarga detalladamente de todos y cada uno los cuidados de su hijo, no es solo por el amor que le tiene sino por que en su corazón alberga culpa y desea que la princesa bastarda vuelva a ser la princesa que algún día conoció.
Más sus cuidados para con Belaerys son rigurosos, no acepta que las amas de cría le instruyan y muchas veces incluso asiste con él a las reuniones del consejo.
Tampoco se le permitirá hablar otro idioma que no sea el alto valirio hasta cumplir los seis días del nombre puesto que quiere dotarle con el buen manejo del lenguaje original que utilizaban sus ancestros.

Esa mañana al despertar observó a su esposa por primera vez darle el pecho a su hijo, lo cual le sorprendió bastante ya que Magaelle no solía sentirse cómoda con aquella clase de contacto.
Daemon había criado una excelente guerrera y había instruido sabiamente a una mujer culta, pero no le había fraternizado con ella del modo en que solo una madre sabe. Por lo cual se estaba esforzando.

Princesa Bastarda [Aemond Targaryen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora